sábado, 20 de marzo de 2010
Biografia de Francisco Ferrer i Guardia
(Alella, 1859 - Barcelona, 1909) Pedagogo y activista político español que fue el fundador de la Escuela Moderna e introdujo en España el racionalismo pedagógico. Perteneciente a una familia payesa acomodada y de raigambre católica, su formación académica la realizó de manera autodidacta. En 1873 se instaló en Barcelona, en donde trabajó en una casa de comercio y se contagió del ambiente político que por aquel entonces animaba los cenáculos catalanes. Sus ideas librepensadoras le llevaron pronto al anarquismo, tendencia en la que desarrolló una gran actividad como agitador y revolucionario. Además, se caracterizó siempre por la vehemencia con que difundió sus mensajes anticlericales.
En 1878 comenzó a trabajar como revisor para las líneas ferroviarias que unían Barcelona con Francia, lo que le permitió convertirse en el correo que aseguraba el contacto entre los revolucionarios españoles y el exiliado presidente del gobierno republicano Manuel Ruiz Zorrilla. En el año 1886, participó en el amago de pronunciamiento republicano en Santa Coloma de Fernés, llevado a cabo por el brigadier Villacampa.
Tras el fallido intento, Ferrer i Guárdia pudo eludir a la justicia y exiliarse en París, ciudad en la que descubrió su vocación pedagógica y desarrolló una brillante carrera al frente de la escuela laica que él mismo había fundado, con lo que se ganó prestigio internacional como pedagogo librepensador y enemigo del oscurantismo que por aquel entonces dominaba la enseñanza religiosa en España.
Al mismo tiempo, se relacionó con los más destacados líderes anarquistas del momento, como Elisée Reclus, Malato y Piotr Kropotkin y fue amasando una no menguada fortuna que le permitía llevar sin apuros una agitada vida amorosa -una más de las facetas de su curiosa personalidad-. Durante su exilio francés, hasta el año 1901, Ferrer i Guárdia ingresó en una de las ramas de la masonería francesa, Le Grand Orient de France.
Simultáneamente, alimentaba desde París una faceta de activista revolucionario que, aunque no era bien considerada por los sectores más ortodoxos del anarquismo español, se materializaba en el apoyo financiero que prestaba a la causa. En 1901, tras recibir la herencia que le dejó al morir Ernestine Mennier -una rica anciana parisiense a la que había dado clases de español desde 1894-, regresó a Barcelona, en donde se instaló y dio carta de naturaleza a algunos de sus más ambiciosos proyectos. Así, creó la Escuela Moderna, institución desde la que empezó a sembrar su fructífera semilla laica y anticlerical, fundó una editorial íntimamente ligada a su proyecto educativo y fue editor del periódico anarquista La Huelga General, labor con la que contribuyó notablemente al fortalecimiento del sindicalismo anarquista catalán.
Sus arriesgadas operaciones financieras -llegó a especular en Bolsa- no eran bien vistas por las bases del anarquismo revolucionario, a pesar de que los beneficios obtenidos por Ferrer i Guardia sirvieron para financiar algunas acciones armadas tan importantes como el atentado en París contra Alfonso XIII (1905) y el frustrado regicidio que protagonizó Mateo Morral -profesor de la Escuela Moderna de Barcelona- en Madrid el 12 de abril de 1906.
Tras el suicidio de Morral, y la subsiguiente investigación policial, Francisco Ferrer fue declarado cómplice de la intentona regicida y posteriormente detenido, pero quedó en libertad en 1907, ya que no se reunieron pruebas concluyentes contra su persona. Empero, la Escuela Moderna fue clausurada por orden gubernativa en 1907, lo que le animó a emprender una gira por varias ciudades de Europa, en la que encarnó a las víctimas del furibundo poder eclesiástico español, ya marcado como un hombre peligroso para el gobierno central, por su actitud cada vez más radical y reaccionaria.
Se trasladó a París para colaborar, en unión de varios anarquistas relevantes, como Laissant, Carlos Albert, Eugenio Fourniére, Malato, etc, en la fundación de la Ligue Internacionale pour l´educatión rationale de l´enfance. El objetivo primordial de la liga era continuar en Europa la obra pedagógica comenzada en Barcelona por Ferrer i Guárdia, para lo cual se creó un Comité Internacional, presidido por el propio Ferrer i Guárdia, así como la fundación de una revista, La Escuela Laica, que estaba cortada por el mismo patrón ideológico que sus anteriores publicaciones. Debido a su paulatina proximidad con los elementos revolucionarios sindicalistas de Barcelona, se fue distanciando de Alejandro Lerroux, jefe de los republicanos radicales.
En junio del año 1909, de regreso a España, decidió organizar una huelga general en defensa de los presos de Alcalá del Valle; pero la convocatoria no llegó a tener el efecto deseado al amnistiar Maura a los condenados. Cuando en julio de aquel mismo año estalló la que después sería conocida como Semana Trágica, Ferrer i Guardia fue inmediatamente relacionado con ella, e incluso se le responsabilizó de los violentos hechos que durante aquellos días se sucedieron, aunque había permanecido todo el tiempo en su finca de Montgat.
Fue acusado detenido por los somatenistas y juzgado por un tribunal militar, fue hallado culpable de ser el autor material del incendio del convento de Premiá, y condenado a la pena capital, sin que las garantías procesales ni las pruebas aportadas en su contra dejaran una indudable sensación de que se había hecho justicia. En la clase política, aterrada por la virulencia de quienes se habían arrogado el derecho a ejercer la represión, no se alzó ninguna voz que clamara contra la condena del exaltado anarquista, ni siquiera entre los círculos de la izquierda oficial, donde se tenía a Ferrer por el máximo responsable de los hechos que se le imputaban.
Sin embargo, la izquierda internacional solicitó al gobierno de Maura la conmutación de la pena, súplica que fue constantemente ignorada. Lo realmente penoso del juicio fueron los múltiples testimonios falsos y llenos de rencor vertidos contra él por parte de sus enemigos políticos que vieron la oportunidad de librarse de un adversario político. En el juicio se prohibió la comparecencia y el testimonio de todas las personas que podían demostrar su inocencia.
Así las cosas, al amanecer el día 13 de octubre de 1909 Francisco Ferrer i Guardia fue conducido al cadalso y fusilado vilmente en nombre de una legalidad tan dudosa que ni siquiera había sido capaz de garantizar la limpieza de su procesamiento. Se cuenta que exigió que no le vendaran los ojos, y que, poco antes de escuchar la voz de "¡fuego!", se dirigió a los soldados que formaban el pelotón, les conminó a que apuntaran bien, les recordó que mataban a un inocente, y exclamó: "Viva la Escuela Moderna".
El vergonzoso juicio y la posterior ejecución de Ferrer i Guárdia motivó una campaña internacional de mítines y movilizaciones en todas las principales capitales europeas y que pilló por sorpresa al gobierno español, causando tal crisis que su primer ministro, Antonio Maura, se vio obligado a dimitir, lo que le acarreó el definitivo apartamiento de la política activa.
Ferrer i Guárdia dejó escritos bastantes libros y artículos, entre los que cabe destacar títulos como L´espagnol practique (1895), Enseigné par la methode Ferrer (1895), Los pecados capitales (1900), Cuento ateo (1900), Ferrer y la Huelga General (1909). Tras su muerte se publicaron las siguientes publicaciones póstumas: La Escuela Moderna (1910), Póstuma explicación (1910) y Alcance de la enseñanza racionalista (1910).
En 1878 comenzó a trabajar como revisor para las líneas ferroviarias que unían Barcelona con Francia, lo que le permitió convertirse en el correo que aseguraba el contacto entre los revolucionarios españoles y el exiliado presidente del gobierno republicano Manuel Ruiz Zorrilla. En el año 1886, participó en el amago de pronunciamiento republicano en Santa Coloma de Fernés, llevado a cabo por el brigadier Villacampa.
Tras el fallido intento, Ferrer i Guárdia pudo eludir a la justicia y exiliarse en París, ciudad en la que descubrió su vocación pedagógica y desarrolló una brillante carrera al frente de la escuela laica que él mismo había fundado, con lo que se ganó prestigio internacional como pedagogo librepensador y enemigo del oscurantismo que por aquel entonces dominaba la enseñanza religiosa en España.
Al mismo tiempo, se relacionó con los más destacados líderes anarquistas del momento, como Elisée Reclus, Malato y Piotr Kropotkin y fue amasando una no menguada fortuna que le permitía llevar sin apuros una agitada vida amorosa -una más de las facetas de su curiosa personalidad-. Durante su exilio francés, hasta el año 1901, Ferrer i Guárdia ingresó en una de las ramas de la masonería francesa, Le Grand Orient de France.
Simultáneamente, alimentaba desde París una faceta de activista revolucionario que, aunque no era bien considerada por los sectores más ortodoxos del anarquismo español, se materializaba en el apoyo financiero que prestaba a la causa. En 1901, tras recibir la herencia que le dejó al morir Ernestine Mennier -una rica anciana parisiense a la que había dado clases de español desde 1894-, regresó a Barcelona, en donde se instaló y dio carta de naturaleza a algunos de sus más ambiciosos proyectos. Así, creó la Escuela Moderna, institución desde la que empezó a sembrar su fructífera semilla laica y anticlerical, fundó una editorial íntimamente ligada a su proyecto educativo y fue editor del periódico anarquista La Huelga General, labor con la que contribuyó notablemente al fortalecimiento del sindicalismo anarquista catalán.
Sus arriesgadas operaciones financieras -llegó a especular en Bolsa- no eran bien vistas por las bases del anarquismo revolucionario, a pesar de que los beneficios obtenidos por Ferrer i Guardia sirvieron para financiar algunas acciones armadas tan importantes como el atentado en París contra Alfonso XIII (1905) y el frustrado regicidio que protagonizó Mateo Morral -profesor de la Escuela Moderna de Barcelona- en Madrid el 12 de abril de 1906.
Tras el suicidio de Morral, y la subsiguiente investigación policial, Francisco Ferrer fue declarado cómplice de la intentona regicida y posteriormente detenido, pero quedó en libertad en 1907, ya que no se reunieron pruebas concluyentes contra su persona. Empero, la Escuela Moderna fue clausurada por orden gubernativa en 1907, lo que le animó a emprender una gira por varias ciudades de Europa, en la que encarnó a las víctimas del furibundo poder eclesiástico español, ya marcado como un hombre peligroso para el gobierno central, por su actitud cada vez más radical y reaccionaria.
Se trasladó a París para colaborar, en unión de varios anarquistas relevantes, como Laissant, Carlos Albert, Eugenio Fourniére, Malato, etc, en la fundación de la Ligue Internacionale pour l´educatión rationale de l´enfance. El objetivo primordial de la liga era continuar en Europa la obra pedagógica comenzada en Barcelona por Ferrer i Guárdia, para lo cual se creó un Comité Internacional, presidido por el propio Ferrer i Guárdia, así como la fundación de una revista, La Escuela Laica, que estaba cortada por el mismo patrón ideológico que sus anteriores publicaciones. Debido a su paulatina proximidad con los elementos revolucionarios sindicalistas de Barcelona, se fue distanciando de Alejandro Lerroux, jefe de los republicanos radicales.
En junio del año 1909, de regreso a España, decidió organizar una huelga general en defensa de los presos de Alcalá del Valle; pero la convocatoria no llegó a tener el efecto deseado al amnistiar Maura a los condenados. Cuando en julio de aquel mismo año estalló la que después sería conocida como Semana Trágica, Ferrer i Guardia fue inmediatamente relacionado con ella, e incluso se le responsabilizó de los violentos hechos que durante aquellos días se sucedieron, aunque había permanecido todo el tiempo en su finca de Montgat.
Fue acusado detenido por los somatenistas y juzgado por un tribunal militar, fue hallado culpable de ser el autor material del incendio del convento de Premiá, y condenado a la pena capital, sin que las garantías procesales ni las pruebas aportadas en su contra dejaran una indudable sensación de que se había hecho justicia. En la clase política, aterrada por la virulencia de quienes se habían arrogado el derecho a ejercer la represión, no se alzó ninguna voz que clamara contra la condena del exaltado anarquista, ni siquiera entre los círculos de la izquierda oficial, donde se tenía a Ferrer por el máximo responsable de los hechos que se le imputaban.
Sin embargo, la izquierda internacional solicitó al gobierno de Maura la conmutación de la pena, súplica que fue constantemente ignorada. Lo realmente penoso del juicio fueron los múltiples testimonios falsos y llenos de rencor vertidos contra él por parte de sus enemigos políticos que vieron la oportunidad de librarse de un adversario político. En el juicio se prohibió la comparecencia y el testimonio de todas las personas que podían demostrar su inocencia.
Así las cosas, al amanecer el día 13 de octubre de 1909 Francisco Ferrer i Guardia fue conducido al cadalso y fusilado vilmente en nombre de una legalidad tan dudosa que ni siquiera había sido capaz de garantizar la limpieza de su procesamiento. Se cuenta que exigió que no le vendaran los ojos, y que, poco antes de escuchar la voz de "¡fuego!", se dirigió a los soldados que formaban el pelotón, les conminó a que apuntaran bien, les recordó que mataban a un inocente, y exclamó: "Viva la Escuela Moderna".
El vergonzoso juicio y la posterior ejecución de Ferrer i Guárdia motivó una campaña internacional de mítines y movilizaciones en todas las principales capitales europeas y que pilló por sorpresa al gobierno español, causando tal crisis que su primer ministro, Antonio Maura, se vio obligado a dimitir, lo que le acarreó el definitivo apartamiento de la política activa.
Ferrer i Guárdia dejó escritos bastantes libros y artículos, entre los que cabe destacar títulos como L´espagnol practique (1895), Enseigné par la methode Ferrer (1895), Los pecados capitales (1900), Cuento ateo (1900), Ferrer y la Huelga General (1909). Tras su muerte se publicaron las siguientes publicaciones póstumas: La Escuela Moderna (1910), Póstuma explicación (1910) y Alcance de la enseñanza racionalista (1910).
La Semana Trágica de Barcelona (1909)
Barcelona, corazón en aquella época de la industrialización española, había vivido desde principios de siglo un gran auge de las movilizaciones obreras que había culminado en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera, organización anarquista que nació como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.
Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se desarrollaron en la Ciudad Condal con un programa demagógico y anticlerical.
La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y antimilitarismo en la ciudad. La política autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos.
Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana Trágica:
Los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una compañía minera llevó a la movilización de reservistas. Las protestas obreras pronto aparecieron en Barcelona y Madrid.
Los primeros choques militares se saldaron con el Desastre del Barranco del Lobo con más de mil doscientas bajas españolas. El día 26 de julio estalló la huelga general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la UGT. Se iniciaron tres días de protestas, quemas de conventos, enfrentamientos con el ejército. La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: un centenar de muertos, heridos, destrucciones... La represión fue muy dura y culminó con el juicio sin garantías y la ejecución de Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo anarquista y fundador de la Escuela Moderna.
La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura. Mientras el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910, el liberal José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Sus acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, ley del "candado", Ley de Mancomunidades que se vio finalmente frustrada en el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un anarquista en 1912. En adelante, podemos hablar de una crisis permanente de los partidos del turno.
La I Guerra Mundial dividió al país entre aliadófilos (liberales e izquierdas) y germanófilos (derechas conservadoras), pero trajo un periodo de prosperidad económica. España, neutral, pudo convertirse en abastecedora de muchos productos para los países contendientes.
Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se desarrollaron en la Ciudad Condal con un programa demagógico y anticlerical.
La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y antimilitarismo en la ciudad. La política autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos.
Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana Trágica:
Los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una compañía minera llevó a la movilización de reservistas. Las protestas obreras pronto aparecieron en Barcelona y Madrid.
Los primeros choques militares se saldaron con el Desastre del Barranco del Lobo con más de mil doscientas bajas españolas. El día 26 de julio estalló la huelga general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la UGT. Se iniciaron tres días de protestas, quemas de conventos, enfrentamientos con el ejército. La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: un centenar de muertos, heridos, destrucciones... La represión fue muy dura y culminó con el juicio sin garantías y la ejecución de Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo anarquista y fundador de la Escuela Moderna.
La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura. Mientras el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910, el liberal José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Sus acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, ley del "candado", Ley de Mancomunidades que se vio finalmente frustrada en el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un anarquista en 1912. En adelante, podemos hablar de una crisis permanente de los partidos del turno.
La I Guerra Mundial dividió al país entre aliadófilos (liberales e izquierdas) y germanófilos (derechas conservadoras), pero trajo un periodo de prosperidad económica. España, neutral, pudo convertirse en abastecedora de muchos productos para los países contendientes.
Desembarco de Alhucemas
El Desembarco de Alhucemas fue un desembarco militar llevado a cabo el 8 de septiembre de 1925 en Alhucemas por el ejército y la Armada españolas y, en menor medida, un contingente aliado francés, que propiciaría el fin de la Guerra de Marruecos, se le considera el primer desembarco aeronaval de la historia mundial.
La operación consistió en el desembarco de un contingente de 13.000 soldados españoles transportados desde Ceuta y Melilla por la Armada combinada hispano-francesa. La operación tuvo como comandante en jefe al entonces "Director Militar" de España, general Miguel Primo de Rivera, y como jefe ejecutivo de las fuerzas de desembarco en las playas de la bahía de Alhucemas al general José Sanjurjo, a cuyas órdenes estaban las columnas de los generales jefes de las brigadas de Ceuta y Melilla, Leopoldo Saro Marín y Emilio Fernández Pérez, respectivamente. Entre los jefes participantes en la acción se encontraba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión fue ascendido a general de brigada. El general estadounidense Dwight Eisenhower años después estudió a fondo la táctica empleada por los españoles en Alhucemas para trazar el plan del desembarco de Normandía.
La Radio Televisión Española realizó, hacia 1980, un valioso film documental sobre esta importante acción bélica.
El desembarco en la Bahía de Alhucemas
La operación consistió en el desembarco de un contingente de 13.000 soldados españoles transportados desde Ceuta y Melilla por la Armada combinada hispano-francesa. La operación tuvo como comandante en jefe al entonces "Director Militar" de España, general Miguel Primo de Rivera, y como jefe ejecutivo de las fuerzas de desembarco en las playas de la bahía de Alhucemas al general José Sanjurjo, a cuyas órdenes estaban las columnas de los generales jefes de las brigadas de Ceuta y Melilla, Leopoldo Saro Marín y Emilio Fernández Pérez, respectivamente. Entre los jefes participantes en la acción se encontraba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión fue ascendido a general de brigada. El general estadounidense Dwight Eisenhower años después estudió a fondo la táctica empleada por los españoles en Alhucemas para trazar el plan del desembarco de Normandía.
La Radio Televisión Española realizó, hacia 1980, un valioso film documental sobre esta importante acción bélica.
El desembarco en la Bahía de Alhucemas
Biografia de Abd el-Krim
(o Abd-al-Krim) Dirigente de la resistencia contra la dominación colonial española en el norte de Marruecos (Tafersit, 1882 - El Cairo, 1963). Perteneciente a la tribu rifeña de Beni Urriaguel, era hijo de un cadí; tras recibir una educación en Túnez y Fez, sirvió a la administración colonial española en diversos puestos.
Sus primeras actividades contra la penetración colonial le llevaron a la cárcel en 1915. Pero fue en 1921, convertido ya en el máximo dirigente anticolonial de Marruecos, cuando organizó la sublevación general del Rif; las tropas españolas, derrotadas en Annual, hubieron de replegarse, mientras Abd-el-Krim se erigía en emir de un territorio independiente.
Al extender sus ambiciones a la parte de Marruecos bajo dominio francés, provocó el entendimiento contra él entre las dos metrópolis europeas. La contraofensiva hispano-francesa, a partir del desembarco de Alhucemas (1925), llevó a la derrota de los rifeños en 1926. Viéndose próximo a caer en manos de los españoles, se entregó a los franceses tras ejecutar a todos los prisioneros de aquella nacionalidad; este último acto de guerra no hizo sino acrecentar la imagen de Abd-el-Krim como hombre cruel y sanguinario, imagen basada en las formas de lucha propias de las tribus rifeñas, pero exagerada en España por el odio al enemigo y por el secular desprecio hacia las poblaciones norteafricanas.
Por acuerdo entre las autoridades coloniales españolas y francesas, Abd-el-Krim fue deportado a la isla de Reunión, colonia francesa en el océano Índico, en donde permaneció hasta 1947; en aquel año, autorizado por el gobierno francés a trasladarse a la metrópoli, consiguió escapar durante una escala en Port Said del barco que le transportaba, acogiéndose a la protección del rey egipcio Faruk.
Mantuvo su lucha desde el exilio contra la dominación colonial hasta 1952, poco antes de la independencia total de Marruecos (1956); a pesar de los honores que le concedió el primer rey de Marruecos, Mohammed V, rehusó volver a su país y permaneció en Egipto hasta su muerte, convertido en un símbolo del nacionalismo árabe.
Sus primeras actividades contra la penetración colonial le llevaron a la cárcel en 1915. Pero fue en 1921, convertido ya en el máximo dirigente anticolonial de Marruecos, cuando organizó la sublevación general del Rif; las tropas españolas, derrotadas en Annual, hubieron de replegarse, mientras Abd-el-Krim se erigía en emir de un territorio independiente.
Al extender sus ambiciones a la parte de Marruecos bajo dominio francés, provocó el entendimiento contra él entre las dos metrópolis europeas. La contraofensiva hispano-francesa, a partir del desembarco de Alhucemas (1925), llevó a la derrota de los rifeños en 1926. Viéndose próximo a caer en manos de los españoles, se entregó a los franceses tras ejecutar a todos los prisioneros de aquella nacionalidad; este último acto de guerra no hizo sino acrecentar la imagen de Abd-el-Krim como hombre cruel y sanguinario, imagen basada en las formas de lucha propias de las tribus rifeñas, pero exagerada en España por el odio al enemigo y por el secular desprecio hacia las poblaciones norteafricanas.
Por acuerdo entre las autoridades coloniales españolas y francesas, Abd-el-Krim fue deportado a la isla de Reunión, colonia francesa en el océano Índico, en donde permaneció hasta 1947; en aquel año, autorizado por el gobierno francés a trasladarse a la metrópoli, consiguió escapar durante una escala en Port Said del barco que le transportaba, acogiéndose a la protección del rey egipcio Faruk.
Mantuvo su lucha desde el exilio contra la dominación colonial hasta 1952, poco antes de la independencia total de Marruecos (1956); a pesar de los honores que le concedió el primer rey de Marruecos, Mohammed V, rehusó volver a su país y permaneció en Egipto hasta su muerte, convertido en un símbolo del nacionalismo árabe.
Desaste de Annual y del Barranco del Lobo
Desastre de Annual
El Desastre de Annual fue una grave derrota militar española ante los rifeños comandados por Abd el-Krim cerca de la localidad marroquí de Annual, el 22 de julio de 1921, que supuso una redefinición de la política colonial de España en la Guerra del Rif.
La crisis política que provocó esta derrota fue una de las más importantes de las muchas que socavaron los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso XIII. Así, los problemas generados por Annual fueron causa directa del golpe de Estado y la Dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Desastre del Barranco del Lobo
Se conoce como Desastre del Barranco del Lobo a la acción militar acaecida en ese lugar, próximo a Melilla, pero ya en el territorio del protectorado, el 27 de julio de 1909 en la que las tropas españolas fueron derrotadas por los rifeños. Es considerada una parte de la Guerra de Melilla.
El Desastre de Annual fue una grave derrota militar española ante los rifeños comandados por Abd el-Krim cerca de la localidad marroquí de Annual, el 22 de julio de 1921, que supuso una redefinición de la política colonial de España en la Guerra del Rif.
La crisis política que provocó esta derrota fue una de las más importantes de las muchas que socavaron los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso XIII. Así, los problemas generados por Annual fueron causa directa del golpe de Estado y la Dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Desastre del Barranco del Lobo
Se conoce como Desastre del Barranco del Lobo a la acción militar acaecida en ese lugar, próximo a Melilla, pero ya en el territorio del protectorado, el 27 de julio de 1909 en la que las tropas españolas fueron derrotadas por los rifeños. Es considerada una parte de la Guerra de Melilla.
Exposición Internacional de esculturas en la Calle 1973-74
En 1973, se celebró en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife la 1ª Exposición Internacional de Esculturas en la Calle, con obras de famosos artistas tales como Joan Miró y Henry Moore, entre otros.
Dicha exposición fue iniciativa de la Comisión de Cultura de la Delegación, en Santa Cruz de Tenerife, del Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos de Canarias, en la cual formó parte el prestigioso crítico de Arte Canario D. Eduardo Westerdahl.
La mayoría de las esculturas fueron donadas a la ciudad por los artistas participantes en la muestra y están localizadas a lo largo de las avenidas Reyes Católicos, Asuncionistas y Rambla General Franco al igual que en el interior del Parque García Sanabria”
De la muestra escultórica en las citadas avenidas de la ciudad, caben destacar “La Femme Bouteille” escultura de bronce de Joan Miró (Barcelona 1893-1983), ubicada en el jardín del Parque Cultural Viera y Clavijo, “Sin Título” del escultor Andrés Alfaro (Valencia, 1929), situada en la Avenida de los Asuncionistas, estructura metálica de aluminio recientemente restaurada, “Ejecutores y Ejecutados” estructura de poliéster pintado de Xavier Corberó (Barcelona, 1935), situada en la Rambla General Franco, al igual que “El Guerrero Goslar” de Henry Moore (Gran Bretaña, 1898-1986), escultura de bronce, entre otras obras de arte, algunas de artistas canarios como “Lady Tenerife” de Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925), ubicada en la plazoleta junto al Colegio de Arquitectos de Santa Cruz de Tenerife.
El Parque García Sanabria fue y es también escenario de esta muestra escultórica al aire libre. En su interior se pueden visitar obras destacadas como “El Monumento al Gato” del famoso artista tinerfeño Oscar Domínguez (La Laguna 1906) realizada en piedra y materiales reciclables como el vidrio, “Estela Espacial” escultura de acero inoxidable de Amadeo Gabino (Valencia, 1922), “Solidaridad” de Mark Macken (Bélgica, 1913) escultura hecha uniendo trozos de hormigón con cadenas de hierro y “Homenaje a Gaudí” de Eduardo Paolozzi (Gran Bretaña, 1924), ejemplos de las muchas otras que el visitante puede encontrar en este lugar.
Exposición Internacional de esculturas en la Calle
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