sábado, 19 de junio de 2010
El terrorismo en el mundo actual.
El objetivo del terrorismo es demencialmente simple: Causar el mayor terror posible para lograr un objetivo. Entendemos el terror como una forma superior de miedo, cuando este se vuelve incontrolable e insuperable.
El terrorismo ha sido una práctica constante a lo largo de la historia de la humanidad, lo encontramos en todos los momentos de la historia y en todos los lugares. Ha sido utilizado tanto por grupos clandestinos, como por instituciones públicas, de esto ultimo nace la frase “terrorismo de Estado”.
Durante casi todo el siglo XX, con el aparecimiento del mundo socialista, dirigido por al ex URSS por una parte y el polo capitalista dirigido por Estados Unidos y Europa, por la otra; vivimos el terrorismo que ambos polos promovían para imponer su supremacía.
Tanto Vietnam como Afganistán, se enfrentaron militarmente a las grandes potencias del mundo bipolar, en guerras con una alta dosis de terrorismo. En América Latina Fue la época de las dictaduras militares que implantaron el “terrorismo de Estado” y de los grupos guerrilleros que también implementaban el terrorismo.
Guerrilleros Afganos
Pero cuando a finales de la década de los ochenta, se desmoronó el bloque socialista y desapareció la Unión Soviética y el sistema capitalista se convirtió en el modelo social casi universal, muchos pensaron que una nueva era se abría para la humanidad. El terrorismo, pronto sería cosa del pasado.
Los siguientes años fueron de gran tranquilidad para los países desarrollados, la globalización de la economía fue un fenómeno casi incuestionable, los hombres de negocios de los países desarrollados llegarían sin problema hasta el último rincón del mundo a llevarnos el progreso de las baratijas. Bastaba un portaviones de EUA para poner el orden en casi cualquier parte del tercer mundo.
De este sueño nos despertamos el 11 de septiembre, a la pesadilla de una nueva forma de terrorismo. Miles de millones vimos en tiempo real, como miles de norteamericanos morían cuando se derrumbaban las torres gemelas, luego cientos de muertos en el metro de Madrid y finalmente mas de cincuenta muertos en el metro de Londres. La pregunta ahora es ¿cuál será la siguiente ciudad del mundo que sufrirá un atentado terrorista?
Después de los condenables sucesos del 11 de septiembre, los EUA respondieron invadiendo Afganistán y luego Irak. En ambos casos, el centro del discurso para justificar dichos actos, fue que después de ellos, tendríamos nuevamente un mundo mas seguro y mas tranquilo. Pero los acontecimientos posteriores, desmienten ese discurso.
En Irak, a pesar de la enorme presencia militar norteamericana y de algunos países Europeos, el terrorismo campea diariamente, arrancando vidas. En Afganistán aunque pareciera bajo control, se conoce esporádicamente de acciones terroristas, se está ante un gobierno débil que no se sabe se sobrevivirá al retirarse las tropas estadounidenses.
Hasta hoy, la receta de combatir el terrorismo con los ejércitos, medidas policiales y de inteligencia, pareciera no dar los resultados esperados. Cada vez estamos frente a un mundo mas inseguro.
Pero como decíamos inicialmente, los terroristas tienen objetivos a conseguir cuando implementan sus acciones. Si logran sus objetivos, ellos lo consideran victoria y los anima a continuar. Por tanto, para comenzar, el terrorismo no solo hay que analizarlo desde la perspectiva de las víctimas que causa, si no desde la lógica que los mueve.
El 11 de septiembre, los terroristas demostraron que EUA no era invulnerable a un ataque en su propio territorio. Lograron generar una sensación de angustia e inseguridad al pueblo norteamericano.
Con el atentado en Madrid, los terroristas cambiaron el resultado electoral en España. La victoria de Aznar se daba por un hecho, y en pocos días, las cosas cambiaron a favor de Zapatero. Luego el nuevo gobierno, retiró las tropas españolas de Irak. Los terroristas lograron importantes objetivos.
viernes, 18 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
Primera célula artificial de la historia.
El científico norteamericano Craig Venter fue el impulsor de la primera secuenciación de un genoma humano. Pero no se ha quedado aquí. Ahora ha dado un primer y espectacular paso en el camino para crear la primera forma de vida artificial.
De momento y por primera vez en la historia, Venter asegura que ha fabricado una "célula sintética", es decir, la primera célula (en este caso de una bacteria) que es controlada por un genoma construido por el hombre en un laboratorio con la ayuda de un super-ordenador.
Este nuevo avance científico derriba otra de las barreras de la naturaleza y acaba de ser publicado por la prestigiosa revista Science. "Me parece un gran logro", asegura a la cadena SER Emilio Muñoz, experto en genética y ex-presidente del CSIC, el mayor organismo de investigación de España.
"Es de una gran complejidad técnica y, por lo tanto, estamos ante una revolución técnica, porque estamos hablando de vida, aunque sea a nivel celular".
Con este nuevo y revolucionario paso, Greig Venter se ha convertido en un nuevo doctor Frankenstein, pero él trata de tranquilizar a la población asegurando que estas primeras "células sintéticas" se podrán utilizar, en el futuro, para atrapar el CO2 de la atmósfera o para comerse las sustancias contaminantes que se vierten ahora al mar o los ríos.
De momento y por primera vez en la historia, Venter asegura que ha fabricado una "célula sintética", es decir, la primera célula (en este caso de una bacteria) que es controlada por un genoma construido por el hombre en un laboratorio con la ayuda de un super-ordenador.
Este nuevo avance científico derriba otra de las barreras de la naturaleza y acaba de ser publicado por la prestigiosa revista Science. "Me parece un gran logro", asegura a la cadena SER Emilio Muñoz, experto en genética y ex-presidente del CSIC, el mayor organismo de investigación de España.
"Es de una gran complejidad técnica y, por lo tanto, estamos ante una revolución técnica, porque estamos hablando de vida, aunque sea a nivel celular".
Con este nuevo y revolucionario paso, Greig Venter se ha convertido en un nuevo doctor Frankenstein, pero él trata de tranquilizar a la población asegurando que estas primeras "células sintéticas" se podrán utilizar, en el futuro, para atrapar el CO2 de la atmósfera o para comerse las sustancias contaminantes que se vierten ahora al mar o los ríos.
La División Azul.
El 22 de Junio de 1941, las fuerzas armadas alemanas atravesaban la frontera soviética e iniciaban la llamada operación Barbarroja. Todas las naciones de Europa comprendieron la trascendencia del hecho; se iniciaba la lucha de Occidente contra el régimen soviético, anticipándose al asalto del Continente por el régimen criminal y opresor comunista. Tanto los países aliados de Alemania (Italia, Hungría, Finlandia, Croacia, Rumanía, Eslovaquia), como voluntarios de los países ocupados por las fuerzas del Eje (Francia, Bélgica, Holanda, Noruega, Dinamarca...) e incluso de naciones neutrales (Suecia, España), quieren participar en la lucha por la libertad de sus Patrias contra Stalin. A esta lucha se unieron pronto aquellas naciones sojuzgadas por la URSS (Letonia, Estonia, Lituania, Ucrania) y liberadas por Alemania y voluntarios de otros pueblos que, prisioneros o huyendo, logran llegar a las líneas germanas (pueblos del Cáucaso y Siberia, Hindúes, musulmanes del Norte de África y Oriente Medio), en una lucha a vida o muerte contra los estados comunistas y capitalistas, en un combate de idealismo y libertad contra el materialismo y la esclavitud.
El 24 de Junio de 1941 la juventud española, sobre todo estudiantil, desde diversos puntos de la capital de España inicia una manifestación espontánea que avanza hasta concentrarse frente a la Secretaría General del Movimiento en la calle de Alcalá, en el centro de la ciudad, para ofrecerse en la lucha contra el Comunismo y pedir la participación de España en la cruzada antibolchevique y la defensa de Europa, para así devolver la visita hecha por los soviéticos en 1936/39.
El Ministro Serrano Suñer les habla:”Camaradas: No es tiempo de discursos. Pero es el momento de que la Falange dicte su sentencia condenatoria: ¡Rusia es culpable! Culpable de nuestra Guerra Civil. Culpable del asesinato de José Antonio, nuestro fundador. Culpable del asesinato de tantos camaradas y de tantos soldados que cayeron en la guerra provocada por la agresión del comunismo ruso. La destrucción del comunismo es condición necesaria para la supervivencia de una Europa libre y civilizada”.
Inmediatamente se toma la decisión de enviar al frente ruso una división de voluntarios y se abren banderines de enganche en toda España. A esta llamada acuden decenas de miles de voluntarios que pugnan por el privilegio de ocupar una de las 18.000 plazas que tendrá la unidad. Estudiantes y catedráticos, obreros y campesinos, altos cargos del Estado y de la Falange, militares, muchos de los cuales al no tener plaza de oficial se alistan como simples soldados, constituirán la División Española de Voluntarios, llamada División Azul por el color de la camisa de la Falange y cuyos miembros son mayoría en la unidad.
El 24 de Junio de 1941 la juventud española, sobre todo estudiantil, desde diversos puntos de la capital de España inicia una manifestación espontánea que avanza hasta concentrarse frente a la Secretaría General del Movimiento en la calle de Alcalá, en el centro de la ciudad, para ofrecerse en la lucha contra el Comunismo y pedir la participación de España en la cruzada antibolchevique y la defensa de Europa, para así devolver la visita hecha por los soviéticos en 1936/39.
El Ministro Serrano Suñer les habla:”Camaradas: No es tiempo de discursos. Pero es el momento de que la Falange dicte su sentencia condenatoria: ¡Rusia es culpable! Culpable de nuestra Guerra Civil. Culpable del asesinato de José Antonio, nuestro fundador. Culpable del asesinato de tantos camaradas y de tantos soldados que cayeron en la guerra provocada por la agresión del comunismo ruso. La destrucción del comunismo es condición necesaria para la supervivencia de una Europa libre y civilizada”.
Inmediatamente se toma la decisión de enviar al frente ruso una división de voluntarios y se abren banderines de enganche en toda España. A esta llamada acuden decenas de miles de voluntarios que pugnan por el privilegio de ocupar una de las 18.000 plazas que tendrá la unidad. Estudiantes y catedráticos, obreros y campesinos, altos cargos del Estado y de la Falange, militares, muchos de los cuales al no tener plaza de oficial se alistan como simples soldados, constituirán la División Española de Voluntarios, llamada División Azul por el color de la camisa de la Falange y cuyos miembros son mayoría en la unidad.
Ultimas ejecuciones del franquismo.
Los Últimos fusilamientos del franquismo o Últimas ejecuciones del franquismo acontecieron el 27 de septiembre de 1975 en varias ciudades españolas (Madrid, Barcelona y Burgos). Fueron ejecutados los militantes del FRAP, José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz junto a los militantes de ETA Juan Paredes Manot (Txiki) y Ángel Otaegui. Estas fueron las últimas ejecuciones del régimen franquista, poco antes de la muerte del dictador. Esta muertes levantaron una ola de protestas y condenas contra el gobierno de España dentro y fuera del país, tanto a nivel oficial como popular.
domingo, 6 de junio de 2010
La eutanasia.
La eutanasia, cuyo significado etimológico es “buena muerte” y define el proceso que tiene por objeto ayudar a morir sin dolor a un enfermo en estado terminal e irreversible que así lo solicita, sólo ha sido legalizada en su aplicación más amplia en dos países: Holanda y Bélgica.
Existen tres formas de eutanasia: activa, cuando se provoca la muerte mediante drogas u otros métodos letales; pasiva, consistente en la eliminación de los medios destinados a prolongar la vida; e indirecta, cuando se administran calmantes con la intención principal de aliviar el dolor, aunque ello pueda anticipar la muerte del enfermo.
La eutanasia activa sólo es legal en Holanda y en Bélgica, mientras que otros países autorizan fórmulas como el suicidio asistido, como es el caso de Suiza y el estado de Oregon, o la eutanasia pasiva.
Oregon fue el primer lugar del mundo donde se legalizó la eutanasia, en diciembre de 1994, con una ley que entró en vigor en 1997 y que autorizaba a los médicos a prescribir drogas letales a los pacientes en fase terminal con seis meses de esperanza de vida que lo solicitaran y que se tenían que administrar los propios enfermos.
Dicha ley fue aprobada dos veces en referéndum y ha sido confirmada por la Corte Federal de Apelaciones (2004), y por el Tribunal Supremo de Estados Unidos (2006). Desde que entró en vigor ha sido usada en 200 casos de enfermos terminales.
Pero el primer país del mundo en legalizar la eutanasia activa fue Holanda en 2001, aunque esa práctica llevaba años siendo “tolerada” en ese país.
De hecho, en 1984 el Tribunal Supremo había admitido la posibilidad de no sancionar algunos actos de eutanasia; y en 1993 se había aprobado una ley, que aunque no llegaba a despenalizarla, si contemplaba su aplicación en determinados casos.
En el año 2000 se elaboró una ley que eximía de responsabilidad penal a los médicos que practicasen la eutanasia siempre que un enfermo en fase terminal lo decidiese libremente y estuviese sometido a un sufrimiento insoportable sin expectativas de mejora.
Dicha ley fue aprobada en el Senado el 10 de abril de 2001 y entró en vigor el 1 de abril de 2002.
El ejemplo de Holanda fue seguido por la vecina Bélgica, país que, el 23 de septiembre de 2002 despenalizó la eutanasia para los adultos en ciertos casos y bajo estrictas condiciones.
Existen tres formas de eutanasia: activa, cuando se provoca la muerte mediante drogas u otros métodos letales; pasiva, consistente en la eliminación de los medios destinados a prolongar la vida; e indirecta, cuando se administran calmantes con la intención principal de aliviar el dolor, aunque ello pueda anticipar la muerte del enfermo.
La eutanasia activa sólo es legal en Holanda y en Bélgica, mientras que otros países autorizan fórmulas como el suicidio asistido, como es el caso de Suiza y el estado de Oregon, o la eutanasia pasiva.
Oregon fue el primer lugar del mundo donde se legalizó la eutanasia, en diciembre de 1994, con una ley que entró en vigor en 1997 y que autorizaba a los médicos a prescribir drogas letales a los pacientes en fase terminal con seis meses de esperanza de vida que lo solicitaran y que se tenían que administrar los propios enfermos.
Dicha ley fue aprobada dos veces en referéndum y ha sido confirmada por la Corte Federal de Apelaciones (2004), y por el Tribunal Supremo de Estados Unidos (2006). Desde que entró en vigor ha sido usada en 200 casos de enfermos terminales.
Pero el primer país del mundo en legalizar la eutanasia activa fue Holanda en 2001, aunque esa práctica llevaba años siendo “tolerada” en ese país.
De hecho, en 1984 el Tribunal Supremo había admitido la posibilidad de no sancionar algunos actos de eutanasia; y en 1993 se había aprobado una ley, que aunque no llegaba a despenalizarla, si contemplaba su aplicación en determinados casos.
En el año 2000 se elaboró una ley que eximía de responsabilidad penal a los médicos que practicasen la eutanasia siempre que un enfermo en fase terminal lo decidiese libremente y estuviese sometido a un sufrimiento insoportable sin expectativas de mejora.
Dicha ley fue aprobada en el Senado el 10 de abril de 2001 y entró en vigor el 1 de abril de 2002.
El ejemplo de Holanda fue seguido por la vecina Bélgica, país que, el 23 de septiembre de 2002 despenalizó la eutanasia para los adultos en ciertos casos y bajo estrictas condiciones.
Francia usó a militares para estudiar los efectos de una explosión atómica
Soldados franceses fueron usados en los años sesenta para experimentar los efectos de una explosión nuclear en el Sahara de Argelia.
Pruebas nucleares francesas en el Sahara en enero de 1963.
Que los ensayos nucleares que Francia realizó durante algo más de tres décadas tuvieron daños colaterales y dejaron secuelas humanas es una realidad que las autoridades han tardado años en asumir.
Sin embargo, la posibilidad de que Ejército galo actuara deliberadamente exponiendo a sus soldados a los efectos radiactivos, a modo de cobayas, con fines experimentales es un hecho que, ahora, se antoja de más difícil digestión. Es en todo caso, lo que se desprende de un informe confidencial que ayer publicó el diario galo «Le Parisien» y que revela las arriesgadas prácticas a las que fueron sometidos centenares de militares durante las pruebas atómicas desarrolladas en el Sahara argelino, entonces colonia francesa, entre 1960 y 1966.
El informe en cuestión, redactado por cargos militares en 1998, es decir, dos años después de que Francia abandonara este tipo de ensayos, detalla lo sucedido durante una prueba nuclear estratosférica en abril de 1961, cuando apenas acababa de integrar el club de las potencias atómicas.
El objetivo: «estudiar los efectos fisiológicos y psicológicos producidos en el hombre por el arma atómica con vistas a obtener los elementos necesarios para la preparación física y la formación moral del combatiente moderno» precisa el documento. Es decir, las posibilidades de «reocupación de la zona tras una explosión nuclear», así como la capacidad de ataque y uso de armamento.
Un destacamento de trescientos hombres sirvieron de «ratones de laboratorio». En concreto, una patrulla que, sin apenas protección, llegó a aproximarse a 275 metros del «punto cero» en el que explotó la bomba.
La maniobra evidenció que el uso de máscaras de gas podía ralentizar el avance de las tropas en una eventual situación de guerra, por lo que según el informe, «su reemplazo por máscaras antipolvo ha sido solicitado» para los simples soldados ya que el comandante «no debe entrar en zona contaminada».
«Gran aventura científica»
Sorprende que lo que este documento militar confidencial califica de «gran aventura científica» haya pasado inadvertido a las altas jerarquías.
El ministro francés de Defensa, Hervé Morin, aseguraba ayer en ese mismo diario ignorar su existencia si bien recordó que su departamento hizo aprobar el pasado año, por vía legislativa, un fondo específico de diez millones de euros para indemnizar a los damnificados de los ensayos nucleares galos.
Pruebas en las que participaron en torno a 150.000 civiles y militares, de los que muchos desarrollaron cánceres entre otras enfermedades sin que el Gobierno francés aceptara durante mucho tiempo su responsabilidad.
Pruebas nucleares francesas en el Sahara en enero de 1963.
Que los ensayos nucleares que Francia realizó durante algo más de tres décadas tuvieron daños colaterales y dejaron secuelas humanas es una realidad que las autoridades han tardado años en asumir.
Sin embargo, la posibilidad de que Ejército galo actuara deliberadamente exponiendo a sus soldados a los efectos radiactivos, a modo de cobayas, con fines experimentales es un hecho que, ahora, se antoja de más difícil digestión. Es en todo caso, lo que se desprende de un informe confidencial que ayer publicó el diario galo «Le Parisien» y que revela las arriesgadas prácticas a las que fueron sometidos centenares de militares durante las pruebas atómicas desarrolladas en el Sahara argelino, entonces colonia francesa, entre 1960 y 1966.
El informe en cuestión, redactado por cargos militares en 1998, es decir, dos años después de que Francia abandonara este tipo de ensayos, detalla lo sucedido durante una prueba nuclear estratosférica en abril de 1961, cuando apenas acababa de integrar el club de las potencias atómicas.
El objetivo: «estudiar los efectos fisiológicos y psicológicos producidos en el hombre por el arma atómica con vistas a obtener los elementos necesarios para la preparación física y la formación moral del combatiente moderno» precisa el documento. Es decir, las posibilidades de «reocupación de la zona tras una explosión nuclear», así como la capacidad de ataque y uso de armamento.
Un destacamento de trescientos hombres sirvieron de «ratones de laboratorio». En concreto, una patrulla que, sin apenas protección, llegó a aproximarse a 275 metros del «punto cero» en el que explotó la bomba.
La maniobra evidenció que el uso de máscaras de gas podía ralentizar el avance de las tropas en una eventual situación de guerra, por lo que según el informe, «su reemplazo por máscaras antipolvo ha sido solicitado» para los simples soldados ya que el comandante «no debe entrar en zona contaminada».
«Gran aventura científica»
Sorprende que lo que este documento militar confidencial califica de «gran aventura científica» haya pasado inadvertido a las altas jerarquías.
El ministro francés de Defensa, Hervé Morin, aseguraba ayer en ese mismo diario ignorar su existencia si bien recordó que su departamento hizo aprobar el pasado año, por vía legislativa, un fondo específico de diez millones de euros para indemnizar a los damnificados de los ensayos nucleares galos.
Pruebas en las que participaron en torno a 150.000 civiles y militares, de los que muchos desarrollaron cánceres entre otras enfermedades sin que el Gobierno francés aceptara durante mucho tiempo su responsabilidad.
martes, 1 de junio de 2010
sábado, 20 de marzo de 2010
Biografia de Francisco Ferrer i Guardia
(Alella, 1859 - Barcelona, 1909) Pedagogo y activista político español que fue el fundador de la Escuela Moderna e introdujo en España el racionalismo pedagógico. Perteneciente a una familia payesa acomodada y de raigambre católica, su formación académica la realizó de manera autodidacta. En 1873 se instaló en Barcelona, en donde trabajó en una casa de comercio y se contagió del ambiente político que por aquel entonces animaba los cenáculos catalanes. Sus ideas librepensadoras le llevaron pronto al anarquismo, tendencia en la que desarrolló una gran actividad como agitador y revolucionario. Además, se caracterizó siempre por la vehemencia con que difundió sus mensajes anticlericales.
En 1878 comenzó a trabajar como revisor para las líneas ferroviarias que unían Barcelona con Francia, lo que le permitió convertirse en el correo que aseguraba el contacto entre los revolucionarios españoles y el exiliado presidente del gobierno republicano Manuel Ruiz Zorrilla. En el año 1886, participó en el amago de pronunciamiento republicano en Santa Coloma de Fernés, llevado a cabo por el brigadier Villacampa.
Tras el fallido intento, Ferrer i Guárdia pudo eludir a la justicia y exiliarse en París, ciudad en la que descubrió su vocación pedagógica y desarrolló una brillante carrera al frente de la escuela laica que él mismo había fundado, con lo que se ganó prestigio internacional como pedagogo librepensador y enemigo del oscurantismo que por aquel entonces dominaba la enseñanza religiosa en España.
Al mismo tiempo, se relacionó con los más destacados líderes anarquistas del momento, como Elisée Reclus, Malato y Piotr Kropotkin y fue amasando una no menguada fortuna que le permitía llevar sin apuros una agitada vida amorosa -una más de las facetas de su curiosa personalidad-. Durante su exilio francés, hasta el año 1901, Ferrer i Guárdia ingresó en una de las ramas de la masonería francesa, Le Grand Orient de France.
Simultáneamente, alimentaba desde París una faceta de activista revolucionario que, aunque no era bien considerada por los sectores más ortodoxos del anarquismo español, se materializaba en el apoyo financiero que prestaba a la causa. En 1901, tras recibir la herencia que le dejó al morir Ernestine Mennier -una rica anciana parisiense a la que había dado clases de español desde 1894-, regresó a Barcelona, en donde se instaló y dio carta de naturaleza a algunos de sus más ambiciosos proyectos. Así, creó la Escuela Moderna, institución desde la que empezó a sembrar su fructífera semilla laica y anticlerical, fundó una editorial íntimamente ligada a su proyecto educativo y fue editor del periódico anarquista La Huelga General, labor con la que contribuyó notablemente al fortalecimiento del sindicalismo anarquista catalán.
Sus arriesgadas operaciones financieras -llegó a especular en Bolsa- no eran bien vistas por las bases del anarquismo revolucionario, a pesar de que los beneficios obtenidos por Ferrer i Guardia sirvieron para financiar algunas acciones armadas tan importantes como el atentado en París contra Alfonso XIII (1905) y el frustrado regicidio que protagonizó Mateo Morral -profesor de la Escuela Moderna de Barcelona- en Madrid el 12 de abril de 1906.
Tras el suicidio de Morral, y la subsiguiente investigación policial, Francisco Ferrer fue declarado cómplice de la intentona regicida y posteriormente detenido, pero quedó en libertad en 1907, ya que no se reunieron pruebas concluyentes contra su persona. Empero, la Escuela Moderna fue clausurada por orden gubernativa en 1907, lo que le animó a emprender una gira por varias ciudades de Europa, en la que encarnó a las víctimas del furibundo poder eclesiástico español, ya marcado como un hombre peligroso para el gobierno central, por su actitud cada vez más radical y reaccionaria.
Se trasladó a París para colaborar, en unión de varios anarquistas relevantes, como Laissant, Carlos Albert, Eugenio Fourniére, Malato, etc, en la fundación de la Ligue Internacionale pour l´educatión rationale de l´enfance. El objetivo primordial de la liga era continuar en Europa la obra pedagógica comenzada en Barcelona por Ferrer i Guárdia, para lo cual se creó un Comité Internacional, presidido por el propio Ferrer i Guárdia, así como la fundación de una revista, La Escuela Laica, que estaba cortada por el mismo patrón ideológico que sus anteriores publicaciones. Debido a su paulatina proximidad con los elementos revolucionarios sindicalistas de Barcelona, se fue distanciando de Alejandro Lerroux, jefe de los republicanos radicales.
En junio del año 1909, de regreso a España, decidió organizar una huelga general en defensa de los presos de Alcalá del Valle; pero la convocatoria no llegó a tener el efecto deseado al amnistiar Maura a los condenados. Cuando en julio de aquel mismo año estalló la que después sería conocida como Semana Trágica, Ferrer i Guardia fue inmediatamente relacionado con ella, e incluso se le responsabilizó de los violentos hechos que durante aquellos días se sucedieron, aunque había permanecido todo el tiempo en su finca de Montgat.
Fue acusado detenido por los somatenistas y juzgado por un tribunal militar, fue hallado culpable de ser el autor material del incendio del convento de Premiá, y condenado a la pena capital, sin que las garantías procesales ni las pruebas aportadas en su contra dejaran una indudable sensación de que se había hecho justicia. En la clase política, aterrada por la virulencia de quienes se habían arrogado el derecho a ejercer la represión, no se alzó ninguna voz que clamara contra la condena del exaltado anarquista, ni siquiera entre los círculos de la izquierda oficial, donde se tenía a Ferrer por el máximo responsable de los hechos que se le imputaban.
Sin embargo, la izquierda internacional solicitó al gobierno de Maura la conmutación de la pena, súplica que fue constantemente ignorada. Lo realmente penoso del juicio fueron los múltiples testimonios falsos y llenos de rencor vertidos contra él por parte de sus enemigos políticos que vieron la oportunidad de librarse de un adversario político. En el juicio se prohibió la comparecencia y el testimonio de todas las personas que podían demostrar su inocencia.
Así las cosas, al amanecer el día 13 de octubre de 1909 Francisco Ferrer i Guardia fue conducido al cadalso y fusilado vilmente en nombre de una legalidad tan dudosa que ni siquiera había sido capaz de garantizar la limpieza de su procesamiento. Se cuenta que exigió que no le vendaran los ojos, y que, poco antes de escuchar la voz de "¡fuego!", se dirigió a los soldados que formaban el pelotón, les conminó a que apuntaran bien, les recordó que mataban a un inocente, y exclamó: "Viva la Escuela Moderna".
El vergonzoso juicio y la posterior ejecución de Ferrer i Guárdia motivó una campaña internacional de mítines y movilizaciones en todas las principales capitales europeas y que pilló por sorpresa al gobierno español, causando tal crisis que su primer ministro, Antonio Maura, se vio obligado a dimitir, lo que le acarreó el definitivo apartamiento de la política activa.
Ferrer i Guárdia dejó escritos bastantes libros y artículos, entre los que cabe destacar títulos como L´espagnol practique (1895), Enseigné par la methode Ferrer (1895), Los pecados capitales (1900), Cuento ateo (1900), Ferrer y la Huelga General (1909). Tras su muerte se publicaron las siguientes publicaciones póstumas: La Escuela Moderna (1910), Póstuma explicación (1910) y Alcance de la enseñanza racionalista (1910).
En 1878 comenzó a trabajar como revisor para las líneas ferroviarias que unían Barcelona con Francia, lo que le permitió convertirse en el correo que aseguraba el contacto entre los revolucionarios españoles y el exiliado presidente del gobierno republicano Manuel Ruiz Zorrilla. En el año 1886, participó en el amago de pronunciamiento republicano en Santa Coloma de Fernés, llevado a cabo por el brigadier Villacampa.
Tras el fallido intento, Ferrer i Guárdia pudo eludir a la justicia y exiliarse en París, ciudad en la que descubrió su vocación pedagógica y desarrolló una brillante carrera al frente de la escuela laica que él mismo había fundado, con lo que se ganó prestigio internacional como pedagogo librepensador y enemigo del oscurantismo que por aquel entonces dominaba la enseñanza religiosa en España.
Al mismo tiempo, se relacionó con los más destacados líderes anarquistas del momento, como Elisée Reclus, Malato y Piotr Kropotkin y fue amasando una no menguada fortuna que le permitía llevar sin apuros una agitada vida amorosa -una más de las facetas de su curiosa personalidad-. Durante su exilio francés, hasta el año 1901, Ferrer i Guárdia ingresó en una de las ramas de la masonería francesa, Le Grand Orient de France.
Simultáneamente, alimentaba desde París una faceta de activista revolucionario que, aunque no era bien considerada por los sectores más ortodoxos del anarquismo español, se materializaba en el apoyo financiero que prestaba a la causa. En 1901, tras recibir la herencia que le dejó al morir Ernestine Mennier -una rica anciana parisiense a la que había dado clases de español desde 1894-, regresó a Barcelona, en donde se instaló y dio carta de naturaleza a algunos de sus más ambiciosos proyectos. Así, creó la Escuela Moderna, institución desde la que empezó a sembrar su fructífera semilla laica y anticlerical, fundó una editorial íntimamente ligada a su proyecto educativo y fue editor del periódico anarquista La Huelga General, labor con la que contribuyó notablemente al fortalecimiento del sindicalismo anarquista catalán.
Sus arriesgadas operaciones financieras -llegó a especular en Bolsa- no eran bien vistas por las bases del anarquismo revolucionario, a pesar de que los beneficios obtenidos por Ferrer i Guardia sirvieron para financiar algunas acciones armadas tan importantes como el atentado en París contra Alfonso XIII (1905) y el frustrado regicidio que protagonizó Mateo Morral -profesor de la Escuela Moderna de Barcelona- en Madrid el 12 de abril de 1906.
Tras el suicidio de Morral, y la subsiguiente investigación policial, Francisco Ferrer fue declarado cómplice de la intentona regicida y posteriormente detenido, pero quedó en libertad en 1907, ya que no se reunieron pruebas concluyentes contra su persona. Empero, la Escuela Moderna fue clausurada por orden gubernativa en 1907, lo que le animó a emprender una gira por varias ciudades de Europa, en la que encarnó a las víctimas del furibundo poder eclesiástico español, ya marcado como un hombre peligroso para el gobierno central, por su actitud cada vez más radical y reaccionaria.
Se trasladó a París para colaborar, en unión de varios anarquistas relevantes, como Laissant, Carlos Albert, Eugenio Fourniére, Malato, etc, en la fundación de la Ligue Internacionale pour l´educatión rationale de l´enfance. El objetivo primordial de la liga era continuar en Europa la obra pedagógica comenzada en Barcelona por Ferrer i Guárdia, para lo cual se creó un Comité Internacional, presidido por el propio Ferrer i Guárdia, así como la fundación de una revista, La Escuela Laica, que estaba cortada por el mismo patrón ideológico que sus anteriores publicaciones. Debido a su paulatina proximidad con los elementos revolucionarios sindicalistas de Barcelona, se fue distanciando de Alejandro Lerroux, jefe de los republicanos radicales.
En junio del año 1909, de regreso a España, decidió organizar una huelga general en defensa de los presos de Alcalá del Valle; pero la convocatoria no llegó a tener el efecto deseado al amnistiar Maura a los condenados. Cuando en julio de aquel mismo año estalló la que después sería conocida como Semana Trágica, Ferrer i Guardia fue inmediatamente relacionado con ella, e incluso se le responsabilizó de los violentos hechos que durante aquellos días se sucedieron, aunque había permanecido todo el tiempo en su finca de Montgat.
Fue acusado detenido por los somatenistas y juzgado por un tribunal militar, fue hallado culpable de ser el autor material del incendio del convento de Premiá, y condenado a la pena capital, sin que las garantías procesales ni las pruebas aportadas en su contra dejaran una indudable sensación de que se había hecho justicia. En la clase política, aterrada por la virulencia de quienes se habían arrogado el derecho a ejercer la represión, no se alzó ninguna voz que clamara contra la condena del exaltado anarquista, ni siquiera entre los círculos de la izquierda oficial, donde se tenía a Ferrer por el máximo responsable de los hechos que se le imputaban.
Sin embargo, la izquierda internacional solicitó al gobierno de Maura la conmutación de la pena, súplica que fue constantemente ignorada. Lo realmente penoso del juicio fueron los múltiples testimonios falsos y llenos de rencor vertidos contra él por parte de sus enemigos políticos que vieron la oportunidad de librarse de un adversario político. En el juicio se prohibió la comparecencia y el testimonio de todas las personas que podían demostrar su inocencia.
Así las cosas, al amanecer el día 13 de octubre de 1909 Francisco Ferrer i Guardia fue conducido al cadalso y fusilado vilmente en nombre de una legalidad tan dudosa que ni siquiera había sido capaz de garantizar la limpieza de su procesamiento. Se cuenta que exigió que no le vendaran los ojos, y que, poco antes de escuchar la voz de "¡fuego!", se dirigió a los soldados que formaban el pelotón, les conminó a que apuntaran bien, les recordó que mataban a un inocente, y exclamó: "Viva la Escuela Moderna".
El vergonzoso juicio y la posterior ejecución de Ferrer i Guárdia motivó una campaña internacional de mítines y movilizaciones en todas las principales capitales europeas y que pilló por sorpresa al gobierno español, causando tal crisis que su primer ministro, Antonio Maura, se vio obligado a dimitir, lo que le acarreó el definitivo apartamiento de la política activa.
Ferrer i Guárdia dejó escritos bastantes libros y artículos, entre los que cabe destacar títulos como L´espagnol practique (1895), Enseigné par la methode Ferrer (1895), Los pecados capitales (1900), Cuento ateo (1900), Ferrer y la Huelga General (1909). Tras su muerte se publicaron las siguientes publicaciones póstumas: La Escuela Moderna (1910), Póstuma explicación (1910) y Alcance de la enseñanza racionalista (1910).
La Semana Trágica de Barcelona (1909)
Barcelona, corazón en aquella época de la industrialización española, había vivido desde principios de siglo un gran auge de las movilizaciones obreras que había culminado en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera, organización anarquista que nació como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.
Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se desarrollaron en la Ciudad Condal con un programa demagógico y anticlerical.
La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y antimilitarismo en la ciudad. La política autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos.
Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana Trágica:
Los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una compañía minera llevó a la movilización de reservistas. Las protestas obreras pronto aparecieron en Barcelona y Madrid.
Los primeros choques militares se saldaron con el Desastre del Barranco del Lobo con más de mil doscientas bajas españolas. El día 26 de julio estalló la huelga general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la UGT. Se iniciaron tres días de protestas, quemas de conventos, enfrentamientos con el ejército. La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: un centenar de muertos, heridos, destrucciones... La represión fue muy dura y culminó con el juicio sin garantías y la ejecución de Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo anarquista y fundador de la Escuela Moderna.
La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura. Mientras el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910, el liberal José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Sus acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, ley del "candado", Ley de Mancomunidades que se vio finalmente frustrada en el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un anarquista en 1912. En adelante, podemos hablar de una crisis permanente de los partidos del turno.
La I Guerra Mundial dividió al país entre aliadófilos (liberales e izquierdas) y germanófilos (derechas conservadoras), pero trajo un periodo de prosperidad económica. España, neutral, pudo convertirse en abastecedora de muchos productos para los países contendientes.
Alejandro Lerroux y su Partido Republicano Radical también se desarrollaron en la Ciudad Condal con un programa demagógico y anticlerical.
La Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y antimilitarismo en la ciudad. La política autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos.
Sin embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana Trágica:
Los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una compañía minera llevó a la movilización de reservistas. Las protestas obreras pronto aparecieron en Barcelona y Madrid.
Los primeros choques militares se saldaron con el Desastre del Barranco del Lobo con más de mil doscientas bajas españolas. El día 26 de julio estalló la huelga general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la UGT. Se iniciaron tres días de protestas, quemas de conventos, enfrentamientos con el ejército. La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: un centenar de muertos, heridos, destrucciones... La represión fue muy dura y culminó con el juicio sin garantías y la ejecución de Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo anarquista y fundador de la Escuela Moderna.
La Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura. Mientras el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910, el liberal José Canalejas llevó a cabo el último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Sus acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, ley del "candado", Ley de Mancomunidades que se vio finalmente frustrada en el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un anarquista en 1912. En adelante, podemos hablar de una crisis permanente de los partidos del turno.
La I Guerra Mundial dividió al país entre aliadófilos (liberales e izquierdas) y germanófilos (derechas conservadoras), pero trajo un periodo de prosperidad económica. España, neutral, pudo convertirse en abastecedora de muchos productos para los países contendientes.
Desembarco de Alhucemas
El Desembarco de Alhucemas fue un desembarco militar llevado a cabo el 8 de septiembre de 1925 en Alhucemas por el ejército y la Armada españolas y, en menor medida, un contingente aliado francés, que propiciaría el fin de la Guerra de Marruecos, se le considera el primer desembarco aeronaval de la historia mundial.
La operación consistió en el desembarco de un contingente de 13.000 soldados españoles transportados desde Ceuta y Melilla por la Armada combinada hispano-francesa. La operación tuvo como comandante en jefe al entonces "Director Militar" de España, general Miguel Primo de Rivera, y como jefe ejecutivo de las fuerzas de desembarco en las playas de la bahía de Alhucemas al general José Sanjurjo, a cuyas órdenes estaban las columnas de los generales jefes de las brigadas de Ceuta y Melilla, Leopoldo Saro Marín y Emilio Fernández Pérez, respectivamente. Entre los jefes participantes en la acción se encontraba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión fue ascendido a general de brigada. El general estadounidense Dwight Eisenhower años después estudió a fondo la táctica empleada por los españoles en Alhucemas para trazar el plan del desembarco de Normandía.
La Radio Televisión Española realizó, hacia 1980, un valioso film documental sobre esta importante acción bélica.
El desembarco en la Bahía de Alhucemas
La operación consistió en el desembarco de un contingente de 13.000 soldados españoles transportados desde Ceuta y Melilla por la Armada combinada hispano-francesa. La operación tuvo como comandante en jefe al entonces "Director Militar" de España, general Miguel Primo de Rivera, y como jefe ejecutivo de las fuerzas de desembarco en las playas de la bahía de Alhucemas al general José Sanjurjo, a cuyas órdenes estaban las columnas de los generales jefes de las brigadas de Ceuta y Melilla, Leopoldo Saro Marín y Emilio Fernández Pérez, respectivamente. Entre los jefes participantes en la acción se encontraba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión fue ascendido a general de brigada. El general estadounidense Dwight Eisenhower años después estudió a fondo la táctica empleada por los españoles en Alhucemas para trazar el plan del desembarco de Normandía.
La Radio Televisión Española realizó, hacia 1980, un valioso film documental sobre esta importante acción bélica.
El desembarco en la Bahía de Alhucemas
Biografia de Abd el-Krim
(o Abd-al-Krim) Dirigente de la resistencia contra la dominación colonial española en el norte de Marruecos (Tafersit, 1882 - El Cairo, 1963). Perteneciente a la tribu rifeña de Beni Urriaguel, era hijo de un cadí; tras recibir una educación en Túnez y Fez, sirvió a la administración colonial española en diversos puestos.
Sus primeras actividades contra la penetración colonial le llevaron a la cárcel en 1915. Pero fue en 1921, convertido ya en el máximo dirigente anticolonial de Marruecos, cuando organizó la sublevación general del Rif; las tropas españolas, derrotadas en Annual, hubieron de replegarse, mientras Abd-el-Krim se erigía en emir de un territorio independiente.
Al extender sus ambiciones a la parte de Marruecos bajo dominio francés, provocó el entendimiento contra él entre las dos metrópolis europeas. La contraofensiva hispano-francesa, a partir del desembarco de Alhucemas (1925), llevó a la derrota de los rifeños en 1926. Viéndose próximo a caer en manos de los españoles, se entregó a los franceses tras ejecutar a todos los prisioneros de aquella nacionalidad; este último acto de guerra no hizo sino acrecentar la imagen de Abd-el-Krim como hombre cruel y sanguinario, imagen basada en las formas de lucha propias de las tribus rifeñas, pero exagerada en España por el odio al enemigo y por el secular desprecio hacia las poblaciones norteafricanas.
Por acuerdo entre las autoridades coloniales españolas y francesas, Abd-el-Krim fue deportado a la isla de Reunión, colonia francesa en el océano Índico, en donde permaneció hasta 1947; en aquel año, autorizado por el gobierno francés a trasladarse a la metrópoli, consiguió escapar durante una escala en Port Said del barco que le transportaba, acogiéndose a la protección del rey egipcio Faruk.
Mantuvo su lucha desde el exilio contra la dominación colonial hasta 1952, poco antes de la independencia total de Marruecos (1956); a pesar de los honores que le concedió el primer rey de Marruecos, Mohammed V, rehusó volver a su país y permaneció en Egipto hasta su muerte, convertido en un símbolo del nacionalismo árabe.
Sus primeras actividades contra la penetración colonial le llevaron a la cárcel en 1915. Pero fue en 1921, convertido ya en el máximo dirigente anticolonial de Marruecos, cuando organizó la sublevación general del Rif; las tropas españolas, derrotadas en Annual, hubieron de replegarse, mientras Abd-el-Krim se erigía en emir de un territorio independiente.
Al extender sus ambiciones a la parte de Marruecos bajo dominio francés, provocó el entendimiento contra él entre las dos metrópolis europeas. La contraofensiva hispano-francesa, a partir del desembarco de Alhucemas (1925), llevó a la derrota de los rifeños en 1926. Viéndose próximo a caer en manos de los españoles, se entregó a los franceses tras ejecutar a todos los prisioneros de aquella nacionalidad; este último acto de guerra no hizo sino acrecentar la imagen de Abd-el-Krim como hombre cruel y sanguinario, imagen basada en las formas de lucha propias de las tribus rifeñas, pero exagerada en España por el odio al enemigo y por el secular desprecio hacia las poblaciones norteafricanas.
Por acuerdo entre las autoridades coloniales españolas y francesas, Abd-el-Krim fue deportado a la isla de Reunión, colonia francesa en el océano Índico, en donde permaneció hasta 1947; en aquel año, autorizado por el gobierno francés a trasladarse a la metrópoli, consiguió escapar durante una escala en Port Said del barco que le transportaba, acogiéndose a la protección del rey egipcio Faruk.
Mantuvo su lucha desde el exilio contra la dominación colonial hasta 1952, poco antes de la independencia total de Marruecos (1956); a pesar de los honores que le concedió el primer rey de Marruecos, Mohammed V, rehusó volver a su país y permaneció en Egipto hasta su muerte, convertido en un símbolo del nacionalismo árabe.
Desaste de Annual y del Barranco del Lobo
Desastre de Annual
El Desastre de Annual fue una grave derrota militar española ante los rifeños comandados por Abd el-Krim cerca de la localidad marroquí de Annual, el 22 de julio de 1921, que supuso una redefinición de la política colonial de España en la Guerra del Rif.
La crisis política que provocó esta derrota fue una de las más importantes de las muchas que socavaron los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso XIII. Así, los problemas generados por Annual fueron causa directa del golpe de Estado y la Dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Desastre del Barranco del Lobo
Se conoce como Desastre del Barranco del Lobo a la acción militar acaecida en ese lugar, próximo a Melilla, pero ya en el territorio del protectorado, el 27 de julio de 1909 en la que las tropas españolas fueron derrotadas por los rifeños. Es considerada una parte de la Guerra de Melilla.
El Desastre de Annual fue una grave derrota militar española ante los rifeños comandados por Abd el-Krim cerca de la localidad marroquí de Annual, el 22 de julio de 1921, que supuso una redefinición de la política colonial de España en la Guerra del Rif.
La crisis política que provocó esta derrota fue una de las más importantes de las muchas que socavaron los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso XIII. Así, los problemas generados por Annual fueron causa directa del golpe de Estado y la Dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Desastre del Barranco del Lobo
Se conoce como Desastre del Barranco del Lobo a la acción militar acaecida en ese lugar, próximo a Melilla, pero ya en el territorio del protectorado, el 27 de julio de 1909 en la que las tropas españolas fueron derrotadas por los rifeños. Es considerada una parte de la Guerra de Melilla.
Exposición Internacional de esculturas en la Calle 1973-74
En 1973, se celebró en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife la 1ª Exposición Internacional de Esculturas en la Calle, con obras de famosos artistas tales como Joan Miró y Henry Moore, entre otros.
Dicha exposición fue iniciativa de la Comisión de Cultura de la Delegación, en Santa Cruz de Tenerife, del Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos de Canarias, en la cual formó parte el prestigioso crítico de Arte Canario D. Eduardo Westerdahl.
La mayoría de las esculturas fueron donadas a la ciudad por los artistas participantes en la muestra y están localizadas a lo largo de las avenidas Reyes Católicos, Asuncionistas y Rambla General Franco al igual que en el interior del Parque García Sanabria”
De la muestra escultórica en las citadas avenidas de la ciudad, caben destacar “La Femme Bouteille” escultura de bronce de Joan Miró (Barcelona 1893-1983), ubicada en el jardín del Parque Cultural Viera y Clavijo, “Sin Título” del escultor Andrés Alfaro (Valencia, 1929), situada en la Avenida de los Asuncionistas, estructura metálica de aluminio recientemente restaurada, “Ejecutores y Ejecutados” estructura de poliéster pintado de Xavier Corberó (Barcelona, 1935), situada en la Rambla General Franco, al igual que “El Guerrero Goslar” de Henry Moore (Gran Bretaña, 1898-1986), escultura de bronce, entre otras obras de arte, algunas de artistas canarios como “Lady Tenerife” de Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925), ubicada en la plazoleta junto al Colegio de Arquitectos de Santa Cruz de Tenerife.
El Parque García Sanabria fue y es también escenario de esta muestra escultórica al aire libre. En su interior se pueden visitar obras destacadas como “El Monumento al Gato” del famoso artista tinerfeño Oscar Domínguez (La Laguna 1906) realizada en piedra y materiales reciclables como el vidrio, “Estela Espacial” escultura de acero inoxidable de Amadeo Gabino (Valencia, 1922), “Solidaridad” de Mark Macken (Bélgica, 1913) escultura hecha uniendo trozos de hormigón con cadenas de hierro y “Homenaje a Gaudí” de Eduardo Paolozzi (Gran Bretaña, 1924), ejemplos de las muchas otras que el visitante puede encontrar en este lugar.
Exposición Internacional de esculturas en la Calle
domingo, 28 de febrero de 2010
Biografia de José de Arce y Rojas
José de Arce y Rojas, nació en la capital palmera el día 8 de noviembre de 1651. Fue bautizado unos días más tardes en la parroquia Matriz de El Salvador, según consta en su partida de bautizo, custodiada en el archivo del templo.
En el seno de esta familia de "posición desahogada" se criaron los tres hijos: José, Juan y Luis de Arce y Rojas. Los dos primeros fueron educados en el convento de padres dominicos de San Miguel de Las Victorias.
Concluida su primera y segunda enseñanza, José y Juan fueron enviados a la Península para que siguiesen la "carrera literaria". El convento dominico de San Miguel de las Victorias de la capital palmera, donde iniciaron sus primeros estudios, se había fundado en 1530, habiendo mantenido las cátedras de Gramática, Teología y Filosofía. Sin embargo, estos jóvenes "habian nacido con verdadera vocacion al estado eclesiastico", por lo que, después de cursar los primeros estudios de la carrera de Derecho en el Colegio de San Hermenegildo de Sevilla, ingresaron en la Compañía de Jesús.
El profesor Martín González en su obra sobre la biografía del religioso palmero, nos dice que en aquella época "contaba tan sólo con 17 años, era blanco, alto, de pelo castaño y tenía un lunar en el carrillo derecho".
En la ciudad hispalense, José de Arce se había distinguido entre sus compañeros. Los Padres Jesuitas, ante el valor intelectual de nuestro biografiado, le habían hecho abandonar su verdadera vocación de leyes, instándole a ingresar en la Compañía fundada por San Ignacio de Loyola, "que tanto honor iba le iba a dar a nuestro don José y a la tierra que le vió nacer".
En el Colegio de San Ambrosio de Valladolid, los dos palmeros sobresaldrían en las materias eclesiásticas y en las ciencias "hasta entonces conocidas".
Se cuenta que ambos hermanos fueron agraciados con el don de la elocuencia. Así, en todos aquellos templos abarrotados en los que pronunciaron sus discursos y homilías, así como en numerosos colegios peninsulares, tanto en Valencia, Valladolid, Salamanca, Sevilla..., fueron muy elogiados.
Se dedicaron a la enseñanza y "á las Misiones". A la hora de profesar, renunció sus legítimas paterna y materna en el Padre Provincial de la Compañía de Jesús de Castilla La Vieja, quien las aplicó en el Colegio de San Ambrosio, para sus necesidades.
Había emitido sus votos en las casas y Colegio de San Luis, de Villa García de Campos, lugar elegido también para otorgar la escritura correspondiente ante el escribano José de Ulloa, el 8 de octubre de 1671.
Su Superior, ante la decisión del palmero de desarrollar su actividad en las misiones, decidió concederle la licencia y lo envió a la América meridional.
Fue Uruguay el primer lugar en el que se asentó. Más tarde, llegó a Buenos Aires en 1674. Allí fundó numerosos colegios y consiguió algo imposible de creer en aquellos momentos: concertar las paces entre unas poblaciones indígenas históricamente enfrentadas, los guaraníes y los guanoas.
Fue Rector del Colegio de la Villa de Tarija durante los tres años que duró su estancia en Bolivia.
Una vez en Paraguay, se convirtió en el Padre Superior en las reducciones de los indígenas. Allí catequizó "á aquellos indios con mucho aplauso y aceptacion de sus hermanos y superiores".
El Reverendo Padre José de Arce y Rojas fue una eminencia en el campo de las ciencias y de "las virtudes". El Padre Gerónimo de Herrera, en su historia de las Indias del Paraguay hace una larga "y gloriosa memoria de este Jesuita Palmero", llamándole "Apostol de dicha region y fundador de la mision de los pueblos Chiquitos".
Como refleja el cronista y alcalde don Juan Bautista Lorenzo Rodríguez en su completa y variopinta obra "Noticias para la Historia de La Palma", el Padre José de Arce "no solo figuró en su Compañía como catequista incansable, misionero y orador elocuente, sino tambien como fundador de nuevas Casas de mision con objeto de propagar la fé y de extender mas y mas la Religion del Crucificado".
El religioso Antonio Rivas y José de Arce entablaron a finales de 1691 buenas relaciones con un pueblo de las zonas bajas de Bolivia, llamado "Los Chiquitos". Se cuenta que este nombre se debió a las reducidas dimensiones de las puertas de las casas. Esto hizo que los conquistadores españoles pensasen en que se hallaban ante un poblado de indígenas de baja estatura. Realmente las chozas eran así confeccionadas para evitar las molestias producidas por las moscas y mosquitos que abundaban en la región, especialmente en la época de lluvias.
Curiosamente, los chiquitos eran más altos y fornidos que los habitantes del Altiplano. Los adultos lucían un magnífico cabello negro, mientras que los jóvenes de ambos sexos tenían la cabeza afeitada, conociéndose como los "pelados", y no se les permitía tener el cabello más largo hasta que se casaban. Todavía se conserva en el Oriente boliviano la palabra pelado para referirse a los adolescentes.
Las relaciones con los "chiquitanos" fueron cada vez más profundas e intensas. No querían que los religiosos los abandonasen. En aquel entonces poblaban la Chiquitanía indios de diversas etnias: chiriguanos, payahuas, zamucas, puysokas y ellos, los chiquitos.
Una época en la que, según el viajero español Ciro Bayo que los visitó en el siglo XIX, era común el infanticidio, especialmente cuando el parto era gemelar. También, como símbolo de hospitalidad, ofrecían a las jóvenes vírgenes de sus tribus a los forasteros.
En diciembre de 1691 fundaron la primera reducción de jesuitas llamada San Francisco Javier, inicio de la Evangelización de esas regiones, que ya en 1991 celebró su tricentenario. Como símbolo, los padres José y Pedro, ayudados por el poblado, erigieron una gran cruz de madera que se divisaba desde lejos.
Destinado por el Rey don Carlos II para entrar en tierra de "patagones", se le cambió la orden para que reconociera a los "chiriguanás".
A lo largo de treinta y nueve años, llevó a cabo un meritorio y difícil trabajo en las misiones, no exento de peligros y riesgos. Su férrea voluntad y su fuerte vocación evangelizadora pudieron con todos los graves obstáculos que iba encontrando día a día.
Numerosas tribus de aquella gran zona del Paraguay se beneficiaron de sus fundaciones: los chiquitos, borós, tabicás, piñocas, guaraníes, taucas y perroquis. Llegó a dominar las lenguas guaraní, chiquito, quichuo, chiriguaná y payaguá, tan necesarias para las conversiones que realizaba en todas las iglesias de su fundación. Le siguieron las misiones de San Rafael y San José de Chiquitos.
De las veintinueve reducciones que fueron fundadas por los misioneros jesuitas en la actual Bolivia, se conservan siete de sus iglesias, que hoy pertenecen al Patrimonio de la Humanidad; junto a ellas, constituyen su gran tesoro cultural millares de páginas de música barroca, algunas, como nos dice Vara y García, "partituras originales de notables músicos de la época y otras, de una especial simbiosis e aquel momento musical mezclado con elementos indígenas".
Circunscribiéndose a su actuación en la actual Bolivia, la colonización de los jesuitas comenzó en 1572 en la Audiencia de Charcas y, seis años después en Santa Cruz de la Sierra, desde donde se extendieron hacia Moxos (en el actual departamento boliviano del Benil) y a la Chiquitanía. Esta región actualmente suscita mucha atención, no sólo por su interés antropológico o cultural sino porque constituye una parte importante del departamento de Santa Cruz de la Sierra, el más desarrollado del país. Estamos hablando de una inmensa zona: una superficie superior a la Península Ibérica en la que los jesuitas ejercieron su acción misional.
Lorenzo Rodríguez, vagamente y con inexactitud geográfica, narra así la noticia de la muerte del mártir palmero: "Se ignora el lugar y la fecha en que falleció el Reverendo Padre don José de Arce y Rojas, ornamento de la Compañía de Jesús por sus virtudes y ciencia. Ha llegado a nosotros la noticia que murió mártir en Japón en olor de Santidad".
También el historiador palmero Fernández García, en su reportaje editado en la prensa local, decía: "El Padre de Arce y Rojas, después de terminar la evangelización, marcha al Extremo Oriente, más concretamente al Japón, donde muere martirizado por aquellos infieles". Es probable que ambos estudiosos se hayan referido a un sobrino de José de Arce, el también jesuita Francisco Javier de Arce y Montañez del que se cuenta que murió mártir en Manila, no en Japón.
Realmente fue el 15 de diciembre de 1715 cuando fue asesinado salvajemente, junto con el padre Bartolomé Blende, por los indios de Matto Grosso meridional (Brasil), los "payaguás" mientras exploraban los posibles caminos de Chiquitos a Paraguay. En otro estudio sobre el mártir palmero, Carlos Vara y Luisa García nos dicen que "José Arce, fundador de San Javier, primera reducción de Chiquitos, también murió a manos de los indios payahuas, en 1718" (véase la inexactitud cronológica).
Estos rebeldes a la catequización, tras martirizarlo, entregaron su cadáver a los "guaycurús", quienes vejaron su cuerpo. Luego lo ataron a una cruz de madera y lo lanzaron río abajo hacia las cataratas, instante que ha quedado perpetuado en las primeras imágenes de la película "La Misión" (1986).
Terminando con las palabras del ilustre maestro de investigadores y cronista oficial de esta ciudad, don Jaime Pérez García: "Lo mundano de su existencia se caracterizó por lo frugal de su comida y lo humilde de su vestimenta, en contrapartida a lo glorioso de su memoria. Se le recuerda como "APOSTOL DEL PARAGUAY".
En el seno de esta familia de "posición desahogada" se criaron los tres hijos: José, Juan y Luis de Arce y Rojas. Los dos primeros fueron educados en el convento de padres dominicos de San Miguel de Las Victorias.
Concluida su primera y segunda enseñanza, José y Juan fueron enviados a la Península para que siguiesen la "carrera literaria". El convento dominico de San Miguel de las Victorias de la capital palmera, donde iniciaron sus primeros estudios, se había fundado en 1530, habiendo mantenido las cátedras de Gramática, Teología y Filosofía. Sin embargo, estos jóvenes "habian nacido con verdadera vocacion al estado eclesiastico", por lo que, después de cursar los primeros estudios de la carrera de Derecho en el Colegio de San Hermenegildo de Sevilla, ingresaron en la Compañía de Jesús.
El profesor Martín González en su obra sobre la biografía del religioso palmero, nos dice que en aquella época "contaba tan sólo con 17 años, era blanco, alto, de pelo castaño y tenía un lunar en el carrillo derecho".
En la ciudad hispalense, José de Arce se había distinguido entre sus compañeros. Los Padres Jesuitas, ante el valor intelectual de nuestro biografiado, le habían hecho abandonar su verdadera vocación de leyes, instándole a ingresar en la Compañía fundada por San Ignacio de Loyola, "que tanto honor iba le iba a dar a nuestro don José y a la tierra que le vió nacer".
En el Colegio de San Ambrosio de Valladolid, los dos palmeros sobresaldrían en las materias eclesiásticas y en las ciencias "hasta entonces conocidas".
Se cuenta que ambos hermanos fueron agraciados con el don de la elocuencia. Así, en todos aquellos templos abarrotados en los que pronunciaron sus discursos y homilías, así como en numerosos colegios peninsulares, tanto en Valencia, Valladolid, Salamanca, Sevilla..., fueron muy elogiados.
Se dedicaron a la enseñanza y "á las Misiones". A la hora de profesar, renunció sus legítimas paterna y materna en el Padre Provincial de la Compañía de Jesús de Castilla La Vieja, quien las aplicó en el Colegio de San Ambrosio, para sus necesidades.
Había emitido sus votos en las casas y Colegio de San Luis, de Villa García de Campos, lugar elegido también para otorgar la escritura correspondiente ante el escribano José de Ulloa, el 8 de octubre de 1671.
Su Superior, ante la decisión del palmero de desarrollar su actividad en las misiones, decidió concederle la licencia y lo envió a la América meridional.
Fue Uruguay el primer lugar en el que se asentó. Más tarde, llegó a Buenos Aires en 1674. Allí fundó numerosos colegios y consiguió algo imposible de creer en aquellos momentos: concertar las paces entre unas poblaciones indígenas históricamente enfrentadas, los guaraníes y los guanoas.
Fue Rector del Colegio de la Villa de Tarija durante los tres años que duró su estancia en Bolivia.
Una vez en Paraguay, se convirtió en el Padre Superior en las reducciones de los indígenas. Allí catequizó "á aquellos indios con mucho aplauso y aceptacion de sus hermanos y superiores".
El Reverendo Padre José de Arce y Rojas fue una eminencia en el campo de las ciencias y de "las virtudes". El Padre Gerónimo de Herrera, en su historia de las Indias del Paraguay hace una larga "y gloriosa memoria de este Jesuita Palmero", llamándole "Apostol de dicha region y fundador de la mision de los pueblos Chiquitos".
Como refleja el cronista y alcalde don Juan Bautista Lorenzo Rodríguez en su completa y variopinta obra "Noticias para la Historia de La Palma", el Padre José de Arce "no solo figuró en su Compañía como catequista incansable, misionero y orador elocuente, sino tambien como fundador de nuevas Casas de mision con objeto de propagar la fé y de extender mas y mas la Religion del Crucificado".
El religioso Antonio Rivas y José de Arce entablaron a finales de 1691 buenas relaciones con un pueblo de las zonas bajas de Bolivia, llamado "Los Chiquitos". Se cuenta que este nombre se debió a las reducidas dimensiones de las puertas de las casas. Esto hizo que los conquistadores españoles pensasen en que se hallaban ante un poblado de indígenas de baja estatura. Realmente las chozas eran así confeccionadas para evitar las molestias producidas por las moscas y mosquitos que abundaban en la región, especialmente en la época de lluvias.
Curiosamente, los chiquitos eran más altos y fornidos que los habitantes del Altiplano. Los adultos lucían un magnífico cabello negro, mientras que los jóvenes de ambos sexos tenían la cabeza afeitada, conociéndose como los "pelados", y no se les permitía tener el cabello más largo hasta que se casaban. Todavía se conserva en el Oriente boliviano la palabra pelado para referirse a los adolescentes.
Las relaciones con los "chiquitanos" fueron cada vez más profundas e intensas. No querían que los religiosos los abandonasen. En aquel entonces poblaban la Chiquitanía indios de diversas etnias: chiriguanos, payahuas, zamucas, puysokas y ellos, los chiquitos.
Una época en la que, según el viajero español Ciro Bayo que los visitó en el siglo XIX, era común el infanticidio, especialmente cuando el parto era gemelar. También, como símbolo de hospitalidad, ofrecían a las jóvenes vírgenes de sus tribus a los forasteros.
En diciembre de 1691 fundaron la primera reducción de jesuitas llamada San Francisco Javier, inicio de la Evangelización de esas regiones, que ya en 1991 celebró su tricentenario. Como símbolo, los padres José y Pedro, ayudados por el poblado, erigieron una gran cruz de madera que se divisaba desde lejos.
Destinado por el Rey don Carlos II para entrar en tierra de "patagones", se le cambió la orden para que reconociera a los "chiriguanás".
A lo largo de treinta y nueve años, llevó a cabo un meritorio y difícil trabajo en las misiones, no exento de peligros y riesgos. Su férrea voluntad y su fuerte vocación evangelizadora pudieron con todos los graves obstáculos que iba encontrando día a día.
Numerosas tribus de aquella gran zona del Paraguay se beneficiaron de sus fundaciones: los chiquitos, borós, tabicás, piñocas, guaraníes, taucas y perroquis. Llegó a dominar las lenguas guaraní, chiquito, quichuo, chiriguaná y payaguá, tan necesarias para las conversiones que realizaba en todas las iglesias de su fundación. Le siguieron las misiones de San Rafael y San José de Chiquitos.
De las veintinueve reducciones que fueron fundadas por los misioneros jesuitas en la actual Bolivia, se conservan siete de sus iglesias, que hoy pertenecen al Patrimonio de la Humanidad; junto a ellas, constituyen su gran tesoro cultural millares de páginas de música barroca, algunas, como nos dice Vara y García, "partituras originales de notables músicos de la época y otras, de una especial simbiosis e aquel momento musical mezclado con elementos indígenas".
Circunscribiéndose a su actuación en la actual Bolivia, la colonización de los jesuitas comenzó en 1572 en la Audiencia de Charcas y, seis años después en Santa Cruz de la Sierra, desde donde se extendieron hacia Moxos (en el actual departamento boliviano del Benil) y a la Chiquitanía. Esta región actualmente suscita mucha atención, no sólo por su interés antropológico o cultural sino porque constituye una parte importante del departamento de Santa Cruz de la Sierra, el más desarrollado del país. Estamos hablando de una inmensa zona: una superficie superior a la Península Ibérica en la que los jesuitas ejercieron su acción misional.
Lorenzo Rodríguez, vagamente y con inexactitud geográfica, narra así la noticia de la muerte del mártir palmero: "Se ignora el lugar y la fecha en que falleció el Reverendo Padre don José de Arce y Rojas, ornamento de la Compañía de Jesús por sus virtudes y ciencia. Ha llegado a nosotros la noticia que murió mártir en Japón en olor de Santidad".
También el historiador palmero Fernández García, en su reportaje editado en la prensa local, decía: "El Padre de Arce y Rojas, después de terminar la evangelización, marcha al Extremo Oriente, más concretamente al Japón, donde muere martirizado por aquellos infieles". Es probable que ambos estudiosos se hayan referido a un sobrino de José de Arce, el también jesuita Francisco Javier de Arce y Montañez del que se cuenta que murió mártir en Manila, no en Japón.
Realmente fue el 15 de diciembre de 1715 cuando fue asesinado salvajemente, junto con el padre Bartolomé Blende, por los indios de Matto Grosso meridional (Brasil), los "payaguás" mientras exploraban los posibles caminos de Chiquitos a Paraguay. En otro estudio sobre el mártir palmero, Carlos Vara y Luisa García nos dicen que "José Arce, fundador de San Javier, primera reducción de Chiquitos, también murió a manos de los indios payahuas, en 1718" (véase la inexactitud cronológica).
Estos rebeldes a la catequización, tras martirizarlo, entregaron su cadáver a los "guaycurús", quienes vejaron su cuerpo. Luego lo ataron a una cruz de madera y lo lanzaron río abajo hacia las cataratas, instante que ha quedado perpetuado en las primeras imágenes de la película "La Misión" (1986).
Terminando con las palabras del ilustre maestro de investigadores y cronista oficial de esta ciudad, don Jaime Pérez García: "Lo mundano de su existencia se caracterizó por lo frugal de su comida y lo humilde de su vestimenta, en contrapartida a lo glorioso de su memoria. Se le recuerda como "APOSTOL DEL PARAGUAY".
Biografia de Rosa Luxemburgo
Rosa Luxemburgo nació el 5 de marzo de 1871 en Zamosc, cerca de Lublin, en la Polonia entonces controlada por Rusia, en el seno de una familia de origen judío. Su padre fue Eliasz Luxemburg III, comerciante de maderas judío, y su madre Line Löwenstein. Tuvieron cuatro hijos antes de Rosa, la cual nació con un defecto en el crecimiento que la discapacitó físicamente toda su vida. Después de estar postrada en cama por una dolencia en la cadera a la edad de cinco años, se quedó con una cojera permanente.[2]
Al mudarse a Varsovia, Rosa asistió a un instituto femenino de segunda enseñanza (Gymnasium) desde 1880. Incluso a esa edad tan temprana, Rosa aparece ya como miembro del partido polaco izquierdista «Proletariat» desde 1886. Este partido se fundó en 1882, 20 años después de la aparición de los partidos obreros en Rusia, e inició su andadura política con la organización de una huelga general, tras la cual el partido fue desbaratado y cuatro de sus líderes fueron condenados a pena de muerte. Algunos de sus miembros consiguieron reagruparse en secreto, uniéndose Rosa a uno de estos grupos.
En 1887 Rosa terminó la educación secundaria con un buen expediente, pero tuvo que huir a Suiza en 1889 para evitar su detención. Allí asistió a la Universidad de Zurich junto a otras figuras socialistas, como Anatoli Lunacharsky y Leo Jogiches, estudiando filosofía, historia, política, economía y matemáticas de forma simultánea. Sus áreas de especialización fueron la Teoría del Estado, la Edad Media y las crisis económicas y de intercambio de stock.
En 1890, la ley de Bismarck que prohibía la socialdemocracia fue derogada, lo cual permitió que un legalizado Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) consiguiera escaños en el Reichstag. Una vez en él, y a pesar de su discurso revolucionario, los miembros socialistas del parlamento centraron su labor cada vez más en la obtención de ventajas parlamentarias y en su enriquecimiento personal.
Rosa Luxemburgo, por el contrario, se mantuvo fiel a sus principios marxistas. En 1893, junto a Leo Jogiches y Julian Marchlewski (alias Julius Karski), fundaron el periódico La causa de los trabajadores (Sprawa Robotnicza), oponiéndose a las políticas nacionalistas del Partido Socialista Polaco. Rosa Luxemburgo creía que una Polonia independiente sólo podía surgir tras una revolución en Alemania, Austria y Rusia. Ella mantenía que la lucha debía focalizarse en contra del capitalismo, y no en la consecución de una Polonia independiente, negando por lo tanto el derecho de autodeterminación de las naciones bajo el socialismo, lo cual causaría su posterior enfrentamiento con Lenin.
Junto con Leo Jogiches cofundó el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia (SDKP), que posteriormente se convertiría en el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania (SDKPiL) al unirse a la organización socialdemócrata de Lituania. A pesar de vivir durante la mayoría de su vida adulta en Alemania, Rosa Luxemburgo permanecía como la principal teórica de la socialdemocracia polaca, liderando el partido junto a Jogiches, su principal organizador.
En 1898, Rosa Luxemburgo obtuvo la ciudadanía alemana al casarse con Gustav Lübeck, y se mudó a Berlín. Allí participó activamente con el ala más izquierdista del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), definiendo claramente la frontera entre su fracción y la teoría revisionista de Eduard Bernstein, atacándole en 1899 en un folleto titulado ¿Reforma Social o Revolución?. La habilidad retórica de Rosa pronto la convirtió en una de las líderes portavoces del partido. Ella denunció repetidamente el creciente conformismo parlamentario del SPD frente a la cada vez más probable situación de guerra. Rosa insistió en que la crítica diferencia entre capital y trabajo sólo podía ser contrarrestada si el proletariado tomaba el poder y se producía un cambio revolucionario en todo el contexto de los medios de producción. Quería que los revisionistas abandonaran el SPD, lo cual no tuvo lugar, pero al menos consiguió que el líder del partido, Karl Kautsky, mantuviera el marxismo en el programa del partido, incluso cuando su intención era exclusivamente aumentar el número de escaños en el Reichstag.
Desde 1900, Rosa Luxemburgo expresó sus opiniones sobre los problemas económicos y sociales en varios artículos en periódicos de toda Europa. Sus ataques al militarismo alemán y al imperialismo se volvieron más insistentes conforme vislumbraba la posibilidad de la guerra, e intentó persuadir al SPD de significarse en la dirección opuesta. Rosa Luxemburgo quería organizar una huelga general que uniera solidariamente a todos los trabajadores y evitar la guerra, pero el líder del partido se opuso, lo que provocó su ruptura con Kautsky en 1910.
Entre 1904 y 1906 su trabajo se vio interrumpido a causa de tres encarcelamientos por motivos políticos. Sin embargo, Rosa Luxemburgo mantuvo su actividad política; en 1907 tomó parte en el V Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en Londres, donde se entrevistó con Lenin. En el Segundo Congreso Socialista Internacional en Stuttgart, presentó la resolución - que fue aprobada - de que todos los partidos obreros europeos debían unirse para evitar la guerra.
Por esos años, Rosa comenzó a enseñar marxismo y economía en el centro de formación del SPD en Berlín. Uno de sus alumnos fue el que más tarde se convertiría en líder del SPD y primer presidente de la República de Weimar, Friedrich Ebert.
En 1912, su cargo de representante del SPD la llevó a los congresos socialistas europeos como el que tuvo lugar en París. Ella y el socialista francés Jean Jaurès propusieron que en el caso de que estallara la guerra, los partidos obreros de Europa debían declarar la huelga general. Al ocurrir el atentado de Sarajevo contra el archiduque Francisco Fernando y su mujer, que fueron asesinados en Sarajevo el 28 de junio de 1914, y aparecer la guerra ya inevitable, organizó varias manifestaciones (por ejemplo la de Fráncfort) llamando a la objeción de conciencia en el servicio militar y a no obedecer las órdenes. A causa de esto, fue acusada de «incitar a la desobediencia contra la ley y el orden de las autoridades» y sentenciada a un año de prisión. Su detención, sin embargo, no se produjo inmediatamente, lo que le permitió tomar parte en una reunión de la dirección socialista en julio, en la que confirmó desoladoramente que el sentimiento nacionalista de los partidos obreros era más fuerte que su conciencia de clase.
Al mudarse a Varsovia, Rosa asistió a un instituto femenino de segunda enseñanza (Gymnasium) desde 1880. Incluso a esa edad tan temprana, Rosa aparece ya como miembro del partido polaco izquierdista «Proletariat» desde 1886. Este partido se fundó en 1882, 20 años después de la aparición de los partidos obreros en Rusia, e inició su andadura política con la organización de una huelga general, tras la cual el partido fue desbaratado y cuatro de sus líderes fueron condenados a pena de muerte. Algunos de sus miembros consiguieron reagruparse en secreto, uniéndose Rosa a uno de estos grupos.
En 1887 Rosa terminó la educación secundaria con un buen expediente, pero tuvo que huir a Suiza en 1889 para evitar su detención. Allí asistió a la Universidad de Zurich junto a otras figuras socialistas, como Anatoli Lunacharsky y Leo Jogiches, estudiando filosofía, historia, política, economía y matemáticas de forma simultánea. Sus áreas de especialización fueron la Teoría del Estado, la Edad Media y las crisis económicas y de intercambio de stock.
En 1890, la ley de Bismarck que prohibía la socialdemocracia fue derogada, lo cual permitió que un legalizado Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) consiguiera escaños en el Reichstag. Una vez en él, y a pesar de su discurso revolucionario, los miembros socialistas del parlamento centraron su labor cada vez más en la obtención de ventajas parlamentarias y en su enriquecimiento personal.
Rosa Luxemburgo, por el contrario, se mantuvo fiel a sus principios marxistas. En 1893, junto a Leo Jogiches y Julian Marchlewski (alias Julius Karski), fundaron el periódico La causa de los trabajadores (Sprawa Robotnicza), oponiéndose a las políticas nacionalistas del Partido Socialista Polaco. Rosa Luxemburgo creía que una Polonia independiente sólo podía surgir tras una revolución en Alemania, Austria y Rusia. Ella mantenía que la lucha debía focalizarse en contra del capitalismo, y no en la consecución de una Polonia independiente, negando por lo tanto el derecho de autodeterminación de las naciones bajo el socialismo, lo cual causaría su posterior enfrentamiento con Lenin.
Junto con Leo Jogiches cofundó el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia (SDKP), que posteriormente se convertiría en el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania (SDKPiL) al unirse a la organización socialdemócrata de Lituania. A pesar de vivir durante la mayoría de su vida adulta en Alemania, Rosa Luxemburgo permanecía como la principal teórica de la socialdemocracia polaca, liderando el partido junto a Jogiches, su principal organizador.
En 1898, Rosa Luxemburgo obtuvo la ciudadanía alemana al casarse con Gustav Lübeck, y se mudó a Berlín. Allí participó activamente con el ala más izquierdista del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), definiendo claramente la frontera entre su fracción y la teoría revisionista de Eduard Bernstein, atacándole en 1899 en un folleto titulado ¿Reforma Social o Revolución?. La habilidad retórica de Rosa pronto la convirtió en una de las líderes portavoces del partido. Ella denunció repetidamente el creciente conformismo parlamentario del SPD frente a la cada vez más probable situación de guerra. Rosa insistió en que la crítica diferencia entre capital y trabajo sólo podía ser contrarrestada si el proletariado tomaba el poder y se producía un cambio revolucionario en todo el contexto de los medios de producción. Quería que los revisionistas abandonaran el SPD, lo cual no tuvo lugar, pero al menos consiguió que el líder del partido, Karl Kautsky, mantuviera el marxismo en el programa del partido, incluso cuando su intención era exclusivamente aumentar el número de escaños en el Reichstag.
Desde 1900, Rosa Luxemburgo expresó sus opiniones sobre los problemas económicos y sociales en varios artículos en periódicos de toda Europa. Sus ataques al militarismo alemán y al imperialismo se volvieron más insistentes conforme vislumbraba la posibilidad de la guerra, e intentó persuadir al SPD de significarse en la dirección opuesta. Rosa Luxemburgo quería organizar una huelga general que uniera solidariamente a todos los trabajadores y evitar la guerra, pero el líder del partido se opuso, lo que provocó su ruptura con Kautsky en 1910.
Entre 1904 y 1906 su trabajo se vio interrumpido a causa de tres encarcelamientos por motivos políticos. Sin embargo, Rosa Luxemburgo mantuvo su actividad política; en 1907 tomó parte en el V Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en Londres, donde se entrevistó con Lenin. En el Segundo Congreso Socialista Internacional en Stuttgart, presentó la resolución - que fue aprobada - de que todos los partidos obreros europeos debían unirse para evitar la guerra.
Por esos años, Rosa comenzó a enseñar marxismo y economía en el centro de formación del SPD en Berlín. Uno de sus alumnos fue el que más tarde se convertiría en líder del SPD y primer presidente de la República de Weimar, Friedrich Ebert.
En 1912, su cargo de representante del SPD la llevó a los congresos socialistas europeos como el que tuvo lugar en París. Ella y el socialista francés Jean Jaurès propusieron que en el caso de que estallara la guerra, los partidos obreros de Europa debían declarar la huelga general. Al ocurrir el atentado de Sarajevo contra el archiduque Francisco Fernando y su mujer, que fueron asesinados en Sarajevo el 28 de junio de 1914, y aparecer la guerra ya inevitable, organizó varias manifestaciones (por ejemplo la de Fráncfort) llamando a la objeción de conciencia en el servicio militar y a no obedecer las órdenes. A causa de esto, fue acusada de «incitar a la desobediencia contra la ley y el orden de las autoridades» y sentenciada a un año de prisión. Su detención, sin embargo, no se produjo inmediatamente, lo que le permitió tomar parte en una reunión de la dirección socialista en julio, en la que confirmó desoladoramente que el sentimiento nacionalista de los partidos obreros era más fuerte que su conciencia de clase.
Asesinato de Trotsky
Stalin había dado orden de asesinar a Trotsky y, Jotov, encargado de las operaciones contra éste en México, se valió de dos comunistas catalanes, Caridad y Ramón Mercader (madre e hijo), para llevar a cabo el plan. Asimismo, ayudaron dos mexicanos de izquierda, Vicente Lombardo Toledano y David Alfaro Siqueiros.
Aunque el palacete en el que vivía estaba fuertemente custodiado, Ramón Mercader (conocido con el alias de Jaques Mornard) lograría infiltrarse en su círculo ganándose la confianza de una de las secretarias de Trotsky, Silvia Ageloff, con la que incluso mantuvo un noviazgo formal premeditado y planeado para perpretar el magnicidio. Con el pretexto de que leyera un escrito suyo se acercó a Trotsky y mientras este leía le clavó salvajemente un piolet en la cabeza. El grito de Trotsky se escuchó un estruendo en toda la casa, acudiendo rápidamente sus custodios pero no se pudo hacer nada.
León Trotsky moriría un día más tarde en un hospital de la Cruz Verde. Cabe señalar que a sus exequias, asistieron cerca de trescientas mil personas, en una ciudad que por aquel entonces apenas contaba con unos cuatro millones de habitantes.
Aunque el palacete en el que vivía estaba fuertemente custodiado, Ramón Mercader (conocido con el alias de Jaques Mornard) lograría infiltrarse en su círculo ganándose la confianza de una de las secretarias de Trotsky, Silvia Ageloff, con la que incluso mantuvo un noviazgo formal premeditado y planeado para perpretar el magnicidio. Con el pretexto de que leyera un escrito suyo se acercó a Trotsky y mientras este leía le clavó salvajemente un piolet en la cabeza. El grito de Trotsky se escuchó un estruendo en toda la casa, acudiendo rápidamente sus custodios pero no se pudo hacer nada.
León Trotsky moriría un día más tarde en un hospital de la Cruz Verde. Cabe señalar que a sus exequias, asistieron cerca de trescientas mil personas, en una ciudad que por aquel entonces apenas contaba con unos cuatro millones de habitantes.
miércoles, 17 de febrero de 2010
¿Por qué Van Gogh se cortó una oreja?
Van Gogh era un hombre terriblemente torturado por sus propios fantasmas. Si bien fue atendido por médicos especialistas, su mal parecía no tener cura. La demencia lo llevó a atacar a su íntimo amigo y también notable pintor Paul Gauguin.
Van Gogh frecuentaba una casa de citas y en especial a una prostituta llamada Gaby. El 22 de diciembre de 1888, estando con ella, le ofreció pintarle un retrato. Gaby rió y, en un gesto amoroso habitual en ellos, le tironeó la oreja izquierda y le dijo que prefería eso como regalo. El pintor no respondió, pero al día siguiente apareció en el burdel y le entregó a la portera un regalito para Gaby: su oreja izquierda cortada con una navaja y envuelta ahora en unos trapos sucios.
Luego volvió a su casa y se tiró a dormir, en un estado de completa embriaguez y rodeado de su espantosa miseria. Así vivió uno de los más grandes genios plásticos de la historia del mundo. Solo, loco y sin un centavo para comprarse pan. Sus cuadros valen hoy millones de dólares. Difícilmente le importe ahora. Vincent Van Gogh se disparó un tiro en el pecho y murió el 29 de junio de 1890, cuando apenas tenía 37 años de edad.
Van Gogh frecuentaba una casa de citas y en especial a una prostituta llamada Gaby. El 22 de diciembre de 1888, estando con ella, le ofreció pintarle un retrato. Gaby rió y, en un gesto amoroso habitual en ellos, le tironeó la oreja izquierda y le dijo que prefería eso como regalo. El pintor no respondió, pero al día siguiente apareció en el burdel y le entregó a la portera un regalito para Gaby: su oreja izquierda cortada con una navaja y envuelta ahora en unos trapos sucios.
Luego volvió a su casa y se tiró a dormir, en un estado de completa embriaguez y rodeado de su espantosa miseria. Así vivió uno de los más grandes genios plásticos de la historia del mundo. Solo, loco y sin un centavo para comprarse pan. Sus cuadros valen hoy millones de dólares. Difícilmente le importe ahora. Vincent Van Gogh se disparó un tiro en el pecho y murió el 29 de junio de 1890, cuando apenas tenía 37 años de edad.
Biografia de Van Gogh
(Groot-Zundert, Países Bajos, 1853 - Auvers-sur-Oise, Francia, 1890) Pintor holandés. Vincent Van Gogh era el mayor de los seis hijos de un pastor protestante, y mantuvo con su hermano Theo, cuatro años menor que él, una relación que sería determinante en su existencia y su trayectoria artística. La correspondencia que ambos intercambiaron a lo largo de toda la vida es el testimonio de la intensidad de esta relación.
Tras recibir una esmerada educación en un internado privado, con dieciséis años entró como aprendiz en la filial de La Haya de la galería de arte parisina Goupil & Cie., fundada por su tío Vincent; allí conoció las obras de la escuela de Barbizon.
Autorretrato de Van Gogh
El traslado de Van Gogh a Londres en 1873 señaló el inicio de una primera etapa creativa. Tras un rechazo amoroso, se volvió cada vez más solitario, hasta que en 1878 se vio impelido por la necesidad de entregarse a sus semejantes, y tras intentar estudiar teología, decidió satisfacer su vocación uniéndose a los mineros de la Borinage. En este período realizó una serie de dibujos de los mineros.
Hacia 1880, tras ser expulsado por su excesiva implicación, descubrió en la pintura su auténtica vocación, considerándola una vía para consolar a la humanidad. En los primeros años de la década de 1880 estudió con diversos pintores, entre los que cabe destacar a Anton Mauve. Su rápida evolución y el conocimiento de los impresionistas lo llevaron a abandonar la enseñanza académica y a reunirse con Theo en París en 1876.
Su hermano le presentó a Pissarro, Seurat y Gauguin, y esta situación coincidiría con la definición de su pintura. Su paleta se tornó definitivamente colorista y su visión, menos tradicional, dando forma a su personal visión del postimpresionismo. Su interés por el color y por la captación de la naturaleza lo indujo a trasladarse a Arles, donde su obra fue progresivamente expresando con mayor claridad sus sentimientos sobre lo representado y su propio estado mental.
Con la pretensión de crear el grupo de los «impresionistas del sur», Van Gogh alquiló una casa donde invitó a los artistas con quienes compartía intereses y en la que Gauguin pasaría dos meses. La primera crisis mental, en la que se cortó parte de la oreja izquierda, tuvo lugar en la Navidad del mismo año 1888.
La habitación de Vincent en Arlés (1888)
En abril del año siguiente, ante el temor a perder su capacidad para trabajar, pidió ser ingresado en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence donde permaneció doce meses. Tras sufrir diversos ataques y ante la imposibilidad de salir al exterior a pintar, realizó obras relacionadas con el hospital, retratos de médicos y reinterpretaciones de obras de Rembrandt, Delacroix y Millet.
La pérdida de contacto con la realidad y una progresiva sensación de tristeza son las claves de este período en el que Van Gogh desarrolló un estilo basado en formas dinámicas y en el uso vigoroso de la línea, de lo cual resultó una pintura más intrépida y visionaria que la de Arles.
Sin conseguir superar el estado de melancolía y soledad en que se encontraba, en mayo de 1890 se trasladó a París para visitar a su hermano Theo. Por consejo de éste, viajó a Auvers-sur-Oise, donde fue sometido a un tratamiento homeopático por el doctor, y pintor aficionado, Paul-Ferdinand Gachet.
En este pequeño pueblo retrató el paisaje y sus habitantes, intentando captar su espíritu. Su estilo evolucionó formalmente hacia una pintura más expresiva y lírica, de formas imprecisas y colores más brillantes. Pese a que unos meses más tarde el doctor Gachet consideró que se encontraba plenamente curado, su estado de ánimo no mejoró debido a los sentimientos de culpa provocados por la dependencia de su hermano Theo y por su fracaso profesional. Sumido en esta situación de angustia, el 27 de julio Van Gogh se descerrajó un disparo en el pecho; murió dos días más tarde.
Tras recibir una esmerada educación en un internado privado, con dieciséis años entró como aprendiz en la filial de La Haya de la galería de arte parisina Goupil & Cie., fundada por su tío Vincent; allí conoció las obras de la escuela de Barbizon.
Autorretrato de Van Gogh
El traslado de Van Gogh a Londres en 1873 señaló el inicio de una primera etapa creativa. Tras un rechazo amoroso, se volvió cada vez más solitario, hasta que en 1878 se vio impelido por la necesidad de entregarse a sus semejantes, y tras intentar estudiar teología, decidió satisfacer su vocación uniéndose a los mineros de la Borinage. En este período realizó una serie de dibujos de los mineros.
Hacia 1880, tras ser expulsado por su excesiva implicación, descubrió en la pintura su auténtica vocación, considerándola una vía para consolar a la humanidad. En los primeros años de la década de 1880 estudió con diversos pintores, entre los que cabe destacar a Anton Mauve. Su rápida evolución y el conocimiento de los impresionistas lo llevaron a abandonar la enseñanza académica y a reunirse con Theo en París en 1876.
Su hermano le presentó a Pissarro, Seurat y Gauguin, y esta situación coincidiría con la definición de su pintura. Su paleta se tornó definitivamente colorista y su visión, menos tradicional, dando forma a su personal visión del postimpresionismo. Su interés por el color y por la captación de la naturaleza lo indujo a trasladarse a Arles, donde su obra fue progresivamente expresando con mayor claridad sus sentimientos sobre lo representado y su propio estado mental.
Con la pretensión de crear el grupo de los «impresionistas del sur», Van Gogh alquiló una casa donde invitó a los artistas con quienes compartía intereses y en la que Gauguin pasaría dos meses. La primera crisis mental, en la que se cortó parte de la oreja izquierda, tuvo lugar en la Navidad del mismo año 1888.
La habitación de Vincent en Arlés (1888)
En abril del año siguiente, ante el temor a perder su capacidad para trabajar, pidió ser ingresado en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence donde permaneció doce meses. Tras sufrir diversos ataques y ante la imposibilidad de salir al exterior a pintar, realizó obras relacionadas con el hospital, retratos de médicos y reinterpretaciones de obras de Rembrandt, Delacroix y Millet.
La pérdida de contacto con la realidad y una progresiva sensación de tristeza son las claves de este período en el que Van Gogh desarrolló un estilo basado en formas dinámicas y en el uso vigoroso de la línea, de lo cual resultó una pintura más intrépida y visionaria que la de Arles.
Sin conseguir superar el estado de melancolía y soledad en que se encontraba, en mayo de 1890 se trasladó a París para visitar a su hermano Theo. Por consejo de éste, viajó a Auvers-sur-Oise, donde fue sometido a un tratamiento homeopático por el doctor, y pintor aficionado, Paul-Ferdinand Gachet.
En este pequeño pueblo retrató el paisaje y sus habitantes, intentando captar su espíritu. Su estilo evolucionó formalmente hacia una pintura más expresiva y lírica, de formas imprecisas y colores más brillantes. Pese a que unos meses más tarde el doctor Gachet consideró que se encontraba plenamente curado, su estado de ánimo no mejoró debido a los sentimientos de culpa provocados por la dependencia de su hermano Theo y por su fracaso profesional. Sumido en esta situación de angustia, el 27 de julio Van Gogh se descerrajó un disparo en el pecho; murió dos días más tarde.
Muerte de Benito Mussolini
La decisión de ajusticiar a Mussolini fue tomada en el transcurso de pocas horas, en un contexto en el que era muy difícil para los partisanos comunicarse con Roma y reunir de inmediato al Comité de Liberación Nacional (CLN). Los partisanos que habían conducido la operación de captura sólo alcanzaron a informar al comando de Milán, que envió inmediatamente a un grupo de partisanos y algunos emisarios políticos como Aldo Lampredi, Pietro Vergani y el militante comunista Walter Audisio, conocido como "coronel Valerio", este último venía con las instrucciones de dar una muerte violenta a Mussolini.
Según versiones posteriores que se hicieron oficiales , se autorizó a Clara Petacci el reunirse con Mussolini en Dongo. Fueron despertados, llevados en un vehículo por unas curvas sinuosas cerca del Lago Como y bajados a las puertas de una villa campestre en Giulino di Mezzegra. Una vez bajados de los vehículos, Audisio leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y a continuación levantó su ametralladora para dar muerte a Mussolini, pero su amante Clara Petacci intentó interponerse y Audisio la conminó a retirarse. La ametralladora se encasquilló y Audisio sacó inmediatamente su pistola, pero nuevamente Petacci se interpuso entre el ejecutor y su víctima. La pistola no funcionó y Audisio, en un acto de nerviosismo, pidió otra ametralladora a uno de sus acompañantes, esta vez se escapó del arma una ráfaga que alcanzó a Clara Petacci y la mató en ese instante, la misma ráfaga alcanzó a Mussolini quien cayó al suelo agonizante y fue ultimado por un partisano de un certero balazo en el corazón.
La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945; según la versión oficial, Mussolini fue fusilado, junto a Clara Petacci, en Giulino di Mezzegra, cerca de Dongo. El método casi secreto y expeditivo de la ejecución fue decidido por la presunta intención de los Aliados de capturar vivo a Mussolini y procesarlo ante una corte internacional (con la posibilidad que fuese condenado a una pena menor o absuelto), mientras muchos partisanos exigían por el contrario que se aplicase pena de muerte al Duce tal como había sido decretada por el CLN italiano.
Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de abril en un camión a Milán, en el trayecto no se permitió a nadie acercarse a los cuerpos y éstos fueron dejados el día 29 en la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la muchedumbre. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza.[28] Esto se hizo para confirmar públicamente su muerte, y como gesto de humillación y venganza partisana, ya que en ese mismo lugar se habían colgado meses atrás los cadáveres de unos partisanos. El cadáver de Mussolini fue desfigurado a golpes a tal extremo que sus rostro resultó casi irreconocible, algo menos ocurrió con Petacci. Aún muertos fueron objeto de crueles burlas e incluso fueron colocados uno al lado del otro para ser fotografiados en la morgue. Horas más tarde los líderes locales del CLN decidieron cesar la exhibición y retirar los cuerpos, éstos fueron colocados en cajones de madera con paja en su interior y retirados para sepultarse en tumbas anónimas.
Poco después del final de la guerra, los restos de Mussolini fueron robados del cementerio de Musocco por obra de un grupo de fascistas autodenominados «SAM-Squadre d'Azione Mussolini» y capitaneados por Domenico Leccisi.[29] El cuerpo de Mussolini estuvo desaparecido varios meses. Después de la restitución a la familia, su cadáver fue trasladado a la capilla de Predappio.
Benito Mussolini colgado boca abajo
junto a Clara Petacci.
Benito Mussolini junto a Clara Petacci,
en una morgue de Milán.
Según versiones posteriores que se hicieron oficiales , se autorizó a Clara Petacci el reunirse con Mussolini en Dongo. Fueron despertados, llevados en un vehículo por unas curvas sinuosas cerca del Lago Como y bajados a las puertas de una villa campestre en Giulino di Mezzegra. Una vez bajados de los vehículos, Audisio leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y a continuación levantó su ametralladora para dar muerte a Mussolini, pero su amante Clara Petacci intentó interponerse y Audisio la conminó a retirarse. La ametralladora se encasquilló y Audisio sacó inmediatamente su pistola, pero nuevamente Petacci se interpuso entre el ejecutor y su víctima. La pistola no funcionó y Audisio, en un acto de nerviosismo, pidió otra ametralladora a uno de sus acompañantes, esta vez se escapó del arma una ráfaga que alcanzó a Clara Petacci y la mató en ese instante, la misma ráfaga alcanzó a Mussolini quien cayó al suelo agonizante y fue ultimado por un partisano de un certero balazo en el corazón.
La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945; según la versión oficial, Mussolini fue fusilado, junto a Clara Petacci, en Giulino di Mezzegra, cerca de Dongo. El método casi secreto y expeditivo de la ejecución fue decidido por la presunta intención de los Aliados de capturar vivo a Mussolini y procesarlo ante una corte internacional (con la posibilidad que fuese condenado a una pena menor o absuelto), mientras muchos partisanos exigían por el contrario que se aplicase pena de muerte al Duce tal como había sido decretada por el CLN italiano.
Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de abril en un camión a Milán, en el trayecto no se permitió a nadie acercarse a los cuerpos y éstos fueron dejados el día 29 en la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la muchedumbre. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza.[28] Esto se hizo para confirmar públicamente su muerte, y como gesto de humillación y venganza partisana, ya que en ese mismo lugar se habían colgado meses atrás los cadáveres de unos partisanos. El cadáver de Mussolini fue desfigurado a golpes a tal extremo que sus rostro resultó casi irreconocible, algo menos ocurrió con Petacci. Aún muertos fueron objeto de crueles burlas e incluso fueron colocados uno al lado del otro para ser fotografiados en la morgue. Horas más tarde los líderes locales del CLN decidieron cesar la exhibición y retirar los cuerpos, éstos fueron colocados en cajones de madera con paja en su interior y retirados para sepultarse en tumbas anónimas.
Poco después del final de la guerra, los restos de Mussolini fueron robados del cementerio de Musocco por obra de un grupo de fascistas autodenominados «SAM-Squadre d'Azione Mussolini» y capitaneados por Domenico Leccisi.[29] El cuerpo de Mussolini estuvo desaparecido varios meses. Después de la restitución a la familia, su cadáver fue trasladado a la capilla de Predappio.
Benito Mussolini colgado boca abajo
junto a Clara Petacci.
Benito Mussolini junto a Clara Petacci,
en una morgue de Milán.
lunes, 8 de febrero de 2010
Batalla del Somme, batalla de Verdún y batalla del Marne.
La Batalla del Somme de 1916 fue una de las más largas y sangrientas de la Primera Guerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Las fuerzas británicas y francesas intentaron romper las líneas alemanas a lo largo de un frente de 40 km al norte y al sur del río Somme, en el norte de Francia. El principal propósito de la batalla era distraer a las tropas germanas de la Batalla de Verdún; sin embargo, las bajas de la batalla del Somme terminaron siendo superiores a las de esta última.
La batalla es recordada principalmente por su primer día, 1 de julio de 1916, en el que los británicos sufrieron 57.740 bajas, de las cuales 19.240 fueron mortales. Constituye la batalla más sangrienta en la historia del Ejército Británico.
Igualmente terrible fue la batalla para el Ejército Alemán, descrita por uno de sus oficiales como "la tumba de barro del ejército en campaña". Cuando acabó la batalla, ambos bandos habían comprobado hasta qué punto podía ser mortífera la guerra moderna. La suma importancia del Somme en el devenir posterior de la guerra queda reflejada en las palabras del oficial e historiador británico Sir James Edmonds: "No es demasiado arriesgado decir que las bases de la victoria final en el Frente Occidental fueron sentadas por la ofensiva de 1916 en el Somme.
La Batalla de Verdún fue la más larga de la Primera Guerra Mundial, y la segunda más sangrienta tras la Batalla del Somme. En ella se enfrentaron los ejércitos francés y alemán entre el 21 de febrero y el 19 de diciembre de 1916, alrededor de Verdún, en el nordeste de Francia. El resultado fue de un cuarto de millón de muertos y alrededor de medio millón de heridos entre ambos bandos.
La batalla se popularizó por el famoso «¡No pasarán!» dicho por el comandante francés Robert Nivelle.
En el terreno donde se llevaron a cabo los enfrentamientos se construyó un memorial donde reposan mezclados los restos de miles de soldados de los dos países que no pudieron ser identificados.
Ha habido dos combates que reciben el nombre de Batalla del Marne, ambos en el curso de la Primera Guerra Mundial. El término designa en general a la primera, que sucedió en el otoño de 1914.
La batalla se desarrolló del 5 al 9 de septiembre y marca el quiebre del plan Schlieffen y el comienzo de la guerra de posiciones.
Los alemanes llegaron al Marne y amenazaron con encerrar a los ejércitos del este el 2 de septiembre. Gracias a los primeros aviones, que hicieron su aparición en el campo militar como simples observadores, los franceses se dieron cuenta de la amenaza. El general Joffre creó un nuevo ejército en París. Además una transmisión de radio alemana fue detectada gracias a la antena de 24 m colocada justo en la cúspide de la Torre Eiffel. En dicha transmisión, que por error no se envió codificada, se transmitía que el ejército alemán estaba bloqueado debido al agotamiento de sus tropas.
El 5 de septiembre, el VI Ejército Francés, comandado por el general Maunoury, inició el combate contra el I Ejército Alemán, al mando del general von Kluck, entre Nanteuil-le-Haudouin y Meaux. El general Joseph Gallieni, gobernador de París, reunió a todos los taxis de la ciudad (unos 600, Renault AG principalmente) para enviar con urgencia 6.000 reservistas al campo de batalla, donde el general Maunoury sufría un violento ataque alemán el 7 de septiembre.
Las tropas alemanas, más expuestas, menos numerosas y alejadas de sus bases, cedieron y se replegaron el 10 de septiembre hasta el 13 de septiembre.
La batalla es recordada principalmente por su primer día, 1 de julio de 1916, en el que los británicos sufrieron 57.740 bajas, de las cuales 19.240 fueron mortales. Constituye la batalla más sangrienta en la historia del Ejército Británico.
Igualmente terrible fue la batalla para el Ejército Alemán, descrita por uno de sus oficiales como "la tumba de barro del ejército en campaña". Cuando acabó la batalla, ambos bandos habían comprobado hasta qué punto podía ser mortífera la guerra moderna. La suma importancia del Somme en el devenir posterior de la guerra queda reflejada en las palabras del oficial e historiador británico Sir James Edmonds: "No es demasiado arriesgado decir que las bases de la victoria final en el Frente Occidental fueron sentadas por la ofensiva de 1916 en el Somme.
La Batalla de Verdún fue la más larga de la Primera Guerra Mundial, y la segunda más sangrienta tras la Batalla del Somme. En ella se enfrentaron los ejércitos francés y alemán entre el 21 de febrero y el 19 de diciembre de 1916, alrededor de Verdún, en el nordeste de Francia. El resultado fue de un cuarto de millón de muertos y alrededor de medio millón de heridos entre ambos bandos.
La batalla se popularizó por el famoso «¡No pasarán!» dicho por el comandante francés Robert Nivelle.
En el terreno donde se llevaron a cabo los enfrentamientos se construyó un memorial donde reposan mezclados los restos de miles de soldados de los dos países que no pudieron ser identificados.
Ha habido dos combates que reciben el nombre de Batalla del Marne, ambos en el curso de la Primera Guerra Mundial. El término designa en general a la primera, que sucedió en el otoño de 1914.
La batalla se desarrolló del 5 al 9 de septiembre y marca el quiebre del plan Schlieffen y el comienzo de la guerra de posiciones.
Los alemanes llegaron al Marne y amenazaron con encerrar a los ejércitos del este el 2 de septiembre. Gracias a los primeros aviones, que hicieron su aparición en el campo militar como simples observadores, los franceses se dieron cuenta de la amenaza. El general Joffre creó un nuevo ejército en París. Además una transmisión de radio alemana fue detectada gracias a la antena de 24 m colocada justo en la cúspide de la Torre Eiffel. En dicha transmisión, que por error no se envió codificada, se transmitía que el ejército alemán estaba bloqueado debido al agotamiento de sus tropas.
El 5 de septiembre, el VI Ejército Francés, comandado por el general Maunoury, inició el combate contra el I Ejército Alemán, al mando del general von Kluck, entre Nanteuil-le-Haudouin y Meaux. El general Joseph Gallieni, gobernador de París, reunió a todos los taxis de la ciudad (unos 600, Renault AG principalmente) para enviar con urgencia 6.000 reservistas al campo de batalla, donde el general Maunoury sufría un violento ataque alemán el 7 de septiembre.
Las tropas alemanas, más expuestas, menos numerosas y alejadas de sus bases, cedieron y se replegaron el 10 de septiembre hasta el 13 de septiembre.
Muerte del general Prim!
El 27 Diciembre, mientras Amadeo reinaba en España, seis pistoleros dispararon sus armas contra Prim, el la calle del Turco, en Madrid, y lo hirieron en el brazo y muslo. Las heridas no eran serias, pero se llegaron a infectar y murió tres días después.
Biografia de Alfonso XII
Rey de España (Madrid, 1857 - El Pardo, 1885). Hijo de Isabel II, acompañó a ésta al exilio cuando fue destronada por la Revolución de 1868. En 1870 su madre abdicó en él; y en 1873 dejó en manos de Cánovas la defensa de la causa borbónica en España. Cánovas envió a Alfonso a completar su formación en la academia militar inglesa de Sandhurst, a fin de impregnarle de los principios de la monarquía parlamentaria británica.
En 1874, con la crisis de la Primera República, Cánovas estimó que la descomposición del régimen revolucionario dejaba el terreno maduro para la vuelta de los Borbones y empezó a prepararla, lanzando en nombre del príncipe el llamado «Manifiesto de Sandhurst», en el que se postulaba como artífice de una reconciliación nacional. Los acontecimientos se precipitaron por el pronunciamiento militar de Martínez Campos en Sagunto, que proclamó rey a Alfonso. Éste viajó inmediatamente de París a Barcelona y entró en Madrid como rey poco después (1874).
Cánovas elaboró un nuevo régimen político basado en el liberalismo doctrinario y conocido como «Restauración», plasmado en la Constitución de 1876, que se mantendría vigente hasta 1923. Alfonso XII quedó relegado a un papel de árbitro entre dos grandes partidos -el conservador y el liberal- que se turnaban pacíficamente en el poder, evitando los pronunciamientos militares y las algaradas populares que habían sido constantes durante el reinado de Isabel II.
No obstante, para asentar dicho régimen tuvo que hacer frente a la Guerra Carlista, abierta en el Norte y en Levante desde 1873; tras la rendición de Cabrera, el pretendiente al Trono, don Carlos (VII), abandonó España poniendo fin a la guerra en 1876.
Igualmente se sometió por la fuerza la rebelión cantonalista iniciada durante el periodo republicano. Y poco después la Paz del Zanjón (1878) completó la pacificación al poner fin a la guerra sostenida durante diez años contra los independentistas cubanos. Posteriormente, el reinado de Alfonso sólo se vería alterado por algunas intentonas republicanas y por los dos atentados sufridos en 1878 y 1879 (cuyos autores fueron inmediatamente ejecutados).
Los dos conflictos principales en los que se vio involucrado tuvieron que ver con el poder ascendente de la Alemania de Bismarck. En 1883 don Alfonso aceptó del emperador Guillermo I la invitación para presenciar unas maniobras militares en Hamburgo, ocasión en la que le dispensó importantes honores; la visita provocó un fuerte rechazo en Francia, que se expresó agriamente al paso del rey por aquel país. En 1885, en cambio, el conflicto fue con Alemania, que disputaba a España las islas Carolinas; el enfrentamiento se evitó por medios diplomáticos, recurriendo al arbitraje del papa León XIII.
En cuanto a los asuntos internos, don Alfonso se comportó como un rey constitucional, ejerciendo prudentemente su prerrogativa de nombrar primer ministro: hasta 1881 confió en los conservadores, manteniéndose Cánovas en el poder salvo en dos breves intervalos en los que mandaron Jovellar (1875) y Martínez Campos (1879); luego pasó el poder a los liberales de Sagasta, sustituido en 1883 por Posada Herrera; y en 1884 devolvió el gobierno a Cánovas.
Alfonso murió de tuberculosis con sólo 27 años, haciendo temer por la continuidad de la dinastía. Su primera mujer, María de las Mercedes de Orléans, había muerto el mismo año de su boda, en 1878. De un segundo matrimonio con María Cristina de Habsburgo-Lorena (1879) habían nacido dos princesas que contaban cinco y tres años; y la reina quedaba embarazada al morir su esposo. La incertidumbre se disipó con el nacimiento, en 1886, de un heredero varón, hijo póstumo de don Alfonso. Durante la minoría de edad de este príncipe -el futuro Alfonso XIII- ejercería la regencia su madre, María Cristina, apoyada por el pacto político entre los partidos del régimen.
En 1874, con la crisis de la Primera República, Cánovas estimó que la descomposición del régimen revolucionario dejaba el terreno maduro para la vuelta de los Borbones y empezó a prepararla, lanzando en nombre del príncipe el llamado «Manifiesto de Sandhurst», en el que se postulaba como artífice de una reconciliación nacional. Los acontecimientos se precipitaron por el pronunciamiento militar de Martínez Campos en Sagunto, que proclamó rey a Alfonso. Éste viajó inmediatamente de París a Barcelona y entró en Madrid como rey poco después (1874).
Cánovas elaboró un nuevo régimen político basado en el liberalismo doctrinario y conocido como «Restauración», plasmado en la Constitución de 1876, que se mantendría vigente hasta 1923. Alfonso XII quedó relegado a un papel de árbitro entre dos grandes partidos -el conservador y el liberal- que se turnaban pacíficamente en el poder, evitando los pronunciamientos militares y las algaradas populares que habían sido constantes durante el reinado de Isabel II.
No obstante, para asentar dicho régimen tuvo que hacer frente a la Guerra Carlista, abierta en el Norte y en Levante desde 1873; tras la rendición de Cabrera, el pretendiente al Trono, don Carlos (VII), abandonó España poniendo fin a la guerra en 1876.
Igualmente se sometió por la fuerza la rebelión cantonalista iniciada durante el periodo republicano. Y poco después la Paz del Zanjón (1878) completó la pacificación al poner fin a la guerra sostenida durante diez años contra los independentistas cubanos. Posteriormente, el reinado de Alfonso sólo se vería alterado por algunas intentonas republicanas y por los dos atentados sufridos en 1878 y 1879 (cuyos autores fueron inmediatamente ejecutados).
Los dos conflictos principales en los que se vio involucrado tuvieron que ver con el poder ascendente de la Alemania de Bismarck. En 1883 don Alfonso aceptó del emperador Guillermo I la invitación para presenciar unas maniobras militares en Hamburgo, ocasión en la que le dispensó importantes honores; la visita provocó un fuerte rechazo en Francia, que se expresó agriamente al paso del rey por aquel país. En 1885, en cambio, el conflicto fue con Alemania, que disputaba a España las islas Carolinas; el enfrentamiento se evitó por medios diplomáticos, recurriendo al arbitraje del papa León XIII.
En cuanto a los asuntos internos, don Alfonso se comportó como un rey constitucional, ejerciendo prudentemente su prerrogativa de nombrar primer ministro: hasta 1881 confió en los conservadores, manteniéndose Cánovas en el poder salvo en dos breves intervalos en los que mandaron Jovellar (1875) y Martínez Campos (1879); luego pasó el poder a los liberales de Sagasta, sustituido en 1883 por Posada Herrera; y en 1884 devolvió el gobierno a Cánovas.
Alfonso murió de tuberculosis con sólo 27 años, haciendo temer por la continuidad de la dinastía. Su primera mujer, María de las Mercedes de Orléans, había muerto el mismo año de su boda, en 1878. De un segundo matrimonio con María Cristina de Habsburgo-Lorena (1879) habían nacido dos princesas que contaban cinco y tres años; y la reina quedaba embarazada al morir su esposo. La incertidumbre se disipó con el nacimiento, en 1886, de un heredero varón, hijo póstumo de don Alfonso. Durante la minoría de edad de este príncipe -el futuro Alfonso XIII- ejercería la regencia su madre, María Cristina, apoyada por el pacto político entre los partidos del régimen.
miércoles, 27 de enero de 2010
viernes, 22 de enero de 2010
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